jueves, 9 de febrero de 2023

Lanzar la piedra.

 












La primera, la lanzo yo. El mismo,

que intenta, mejorar su cometido,

subsanando pretextos, con mi olvido.

Sin notar convulsión, ni victimismo.

 

Esa piedra que arrojo, es espejismo,

cuando pienso y valoro, no hay sentido.

No es por contrición, y no me ha servido

demasiado en perder. Tanto exotismo.

 

Exponen que, sin culpa estoy salvado,

y sin desliz, creo; no existe “el humano”

Aunque es frecuente; sé dé; el agravado.

 

Busco el remedio, en el Soberano.

Sabiendo que, clamando, estoy errado.

¡Enmienda escasa! Con mi juicio emano.




 

 









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