Es una niña chiquita,
ilusionada por todo,
que goza con el cariño;
dispensado en el buen tono.
Consiguió llegar Noël,
allí donde fue el osado,
ser recibido donoso
vestido de colorado.
Entrando sin previo aviso
con su saco abarrotado.
Dejándole a los chiquillos,
muñecos muy bien peinados.
La niña ya lo esperaba,
y además de ser graciosa,
escribía con dos enes,
su nombre la muy dichosa.
Revisando sus juguetes
sin una prisa premiada,
descubría sus paquetes
con su gracia acostumbrada.
Miraba todo el ribete
sin perderse ni una coma.
Iba dejando a “Espinete”
junto a la infanta Ramona.
Gozaba con sus cacharros
y dentro del corazón,
disfrutaba su momento
al compartir sensación.
Los mayores se gustaban
viendo gesto y su ilusión,
y transmitiendo un perfil,
nos dejaba su impresión.
San Nicolás es Noël.
El santo de los caprichos,
el del trineo molón,
y si no fuera por él;
ilusiones no surtieran
esas que son tan de pro
cerquita de Nochebuena.
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