Las costumbres van
cambiando
con el paso de los
tiempos.
Hábitos sigo arrastrando,
entre
caprichos del viento.
Poco a poco mejorando,
y sabe Dios que lo
siento
.
Los festejos van
mutando
y a
las claras, resistiendo,
por febriles bacanales,
que
este mundo va admitiendo
con recursos
muy banales.
Desaparecen las normas,
las leyes ya son de
barro.
Con
criterios confundidos.
nos provocan
un desgarro,
y quedamos
convencidos.
Las familias no
celebran
los encuentros
temporales.
El
cariño se evapora,
casi;
no festeja nadie
con
emoción, Navidades.
Todos tienen una excusa
su
pretexto, la evasiva,
ya
sin límite y se abusa,
de la
pobre perspectiva.
Sin
ser cierta ni conclusa.
Nos olvidamos de plazos
momentos
inolvidables,
mis
besos y tus abrazos.
El arco no tiene
flechas
y
la distancia
es variable.
Ya sin mención del exceso,
del
vicio y melancolía,
ingredientes
predilectos
por su
influencia y efectos,
con regla
y filantropía.
Nos quejamos sin demora
del
colmo y del acabose,
disimulando
a deshora,
inconveniencias
manidas,
sin
perder la buena pose.
Todo vale y se acomoda,
con
tal que el pastel rebose,
si
fuésemos más sinceros
se
olvidaría el reproche,
y el
que no se frota, tose.
Nos creemos falsedades
que
nutren nuestro diario,
para
qué, andar con verdades;
piensa
el risible falsario,
Si
agrede con sus maldades
Confundiendo
legendario.
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