Dejo escapar mi vista al infinito,
y no tardo nada en volar contigo.
Vago recuerdo, el que no consigo
por desembarazar, y estar prescrito.
No eres mujer, con un cuerpo marchito,
llevas la femenil curva y castigo,
siendo esencia y raíz del siempre abrigo.
Sutil tránsito, que gime gratuito.
Cuando reanudo, vuelvo al verecundo,
y sigo estando allí, algo difuso.
Noto mi savia, de la cual redundo.
Reacciono, procediendo tan confuso,
vagando sin ser útil ni profundo.
Soy taciturno, y además iluso.
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