Aquí mojado, dentro y de ti; denso,
sudo placer en mí,
porque provoca
su humedad y el
calor, que me disloca
en declive, notándome
indefenso.
Desabrigado,
espeso y muy propenso
a dejarme llevar
con risa loca,
remonto la gran fiebre
que convoca
tu apariencia,
ficticia por lo intenso.
Apresurado por
mi calentura,
trato a mi
destemplanza perturbado,
fuera del confín
de mi floritura.
Noto, mojo y
transpiro cada grado
del exceso, en
mi cuerpo y envoltura.
Presumo de ello.
Nunca estuve helado
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