Dicen del buen refrán, que mueres si no le nombras,
algo de verdad deben llevar los comentarios,
porque seguro, que pasaran mil centenarios
que no podrán borrar ni tus actos ni tus sombras.
De tu ausencia quedó la soledad con penumbras,
y además el calor ausente de vecindarios.
Recuerdos ya pasados del pueblo extraordinarios,
que haciendo gala de tu memoria los encumbras.
Las montañas no pueden tropezar, por la suerte,
los ríos no desbordan sin grandes avenidas,
el fuego no propaga, sin causa, pero hay muerte.
Las personas coinciden por causas convenidas
o, alinearse el destino, creando una amistad fuerte.
La que fue nuestra, mientras fue, hora de partidas.
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