Hartos de aguantar
se decide huelga,
contra los bancos
por sus indecencias.
Hoy cinco de febrero,
sin paciencias,
Santa Águeda en Teruel
y en Berlín Helga
Sirviendo a los banqueros
su jabelga,
de cal y brocha gruesa,
de impotencias.
Por como tratan en
sus dependencias
a los ancianos. ¡Con
cara de acelga!
Medidas tenues, no
usar la tarjeta,
en los pagos del día,
¿Nos ayuda?,
corrigiendo el
problema, y así inquieta.
Caja cerrada. Las
once, ¡Con jeta!
a gritos ponen al yayo
en la duda.
¡Vaya al cajero usted
y su libreta!
…………………….-- …………………….
No sé realmente, si la culpa es
del Banco o del
empleado, que no tiene gusto ni
educación,
en el trato con la gente, con su
clientela, a fin de cuentas
los que les damos de comer,
porque ellos poco hacen,
con tanta máquina, tanto cajero
y tan poco servicio.
Todos no son iguales, ¡claro!,
pero abundan los
muy maleducados. Éstos deberían
ir a picar piedra.
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