Hoy
quiero hablarte de mi
pensé; mientras
regresaba
de una
nueva vanidad,
que por
cierto criticaba
Poco antes
de pernoctar,
quise llamarme
a mí mismo,
rompiéndome
las barreras
probando mi
fetichismo
Con el descaro
que suelo,
el de mi
impronta vital,
fui
valiente sin temor,
y levité
desde el cielo
Tan sincero,
como cierto,
desnudo frente
al criterio,
sin mentiras,
sin excusas
me
mantuviste despierto
Confesarme
sin dudar,
y sin
mediar evasivas.
Hasta mí;
pude llegar,
palpando llagas
peludas
Fueron
minutos muy duros,
sin discusiones
trenzadas.
Mirando
mis propios ojos
desprovisto
y sin gozadas.
Supiste lo
que ocultaba,
de los
miedos que me cubren,
con dudas
disimuladas,
con lo
poco que valemos.
Tan poco
que ya no es nada.
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