Leyendo, escribiendo pensando.
Es como puedo desnudarte.
Todo el tiempo desgranando,
presintiendo por ti, amándote.
Con sencillez, toda hermosura,
imaginarte tus achaques
en mis momentos de ternura.
Amando todos tus ataques.
Tan esbelta y tan caprichosa,
a veces vestida de rubio
o tan desnuda, muy dichosa.
Eres así, con mi disturbio.
Voy a llamarte y no te asombre.
¡Es toda mi declaración!,
y quede tu agradable nombre,
declarándolo: ¡Inspiración!
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