Creo
que si todos muriéramos al cometer un delito
el
mundo no tendría delincuentes.
Llevaríamos
más cuidado en no dañar lo ajeno
evitaríamos
incluso insultar al prójimo por capricho
No
existiría el celo malévolo entre hermanos y colegas
y
sin dudarlo, la felicidad estaría repartida entre todos
porque
estaría desterrado aquello de:
quítate
de ahí; que me pongo yo.
Desconoceríamos
la maldad, al no entender de envidias.
__
Debes vivir en otro mundo, ¿Verdad?
__
¿Serás de otra Galaxia?__ preguntaron
__¡Así
debe ser!, porque no lo comprendo
visto
lo que veo y oído lo que escucho.
__
¿Eres humano como nosotros?
__¡¿Ah…
vosotros sois humanos?!
¡Debí
ser el último de mi especie!
Porque
justo cometí mi primer delito y por imperativo natural
tuve
que morir.
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