Una
vez la madre descansaba en su cámara, acompañada por el resto de
sus hijas Marina y Xon, Xarme se enfrentó con su padre, exigiéndole
le explicara en primer lugar de donde venían aquellos cortes que
llevaba en los antebrazos, heridas graves que sin duda las había
recibido en alguna reyerta, con algún desaprensivo.
Esperando
recibir por parte de Saturio amplias explicaciones de su proceder, ya
que desde un tiempo a esta su hija, por falta clara de comunicación
del boticario, en no cumplir, ni tan siquiera disimular aquello que
debía estar preestablecido con la normalidad familiar, tenían
detalle.
Notando
a su vez el desfallecer del buen tono que habían disfrutado siempre,
y de la ausencia y falta de responsabilidades en su proceder, del
desencanto y flaqueza del erario familiar, por el tanto juego,
mujeres y vino que necesitaba, un padre que hasta entonces lo
disimulaba con creces.
__
Tendrás que aclarar esta actuación tuya, que ya es una norma
indeseable que hemos de aguantarte, madre y nosotras
__
Hija ha sido un percance desgraciado. Ya me conoces y suelo dejarlo
todo bien agarrado, para sobre todo la gente no chismorree
__
Sin embargo ya me contarás como te has hecho las heridas, tan
profundas de los brazos, que da hasta miedo mirarlas, por lo feas y
sangrientas que son.
__
Has de ayudarme, a disfrazar ciertas cosas que están en mi despacho
del Casino, que no puedo solventar yo solo.
__
Antes de eso__ dijo Xarme exigiendo__, has de explicarme para que lo
pueda entender, cómo es que te portas tan mal con madre y con
nosotras tus hijas. Estás ocioso y sin recursos, no eres tú, algo
te está ocurriendo que nos ocultas y así lo destruirás todo, lo
perderemos sin darnos cuentas, las deudas nos embargaran y los
acreedores nos dejaran en la calle. Dejarás de poder tirar hacia
adelante y en poco tiempo, serás una piltrafa, un embaucador y un
delincuente barrio bajero, que no podremos arreglarlo en forma
alguna.
Sin
contar ese enorme despilfarro que llevas, sin darte cuenta que en
nuestras arcas ya no entra dinero y solo hacemos que pagar deudas de
juego, de vicios y de vergüenzas, cuando hasta hace poco solían
entrar los dineros a borbotones.
Entiendo
que los clientes de la barbería y los pacientes del señor
boticario, no sean gentes que estén sobradas de caudales pero, todos
ellos son honrados vecinos y pacientes agradecidos que poco a poco
sufragan sus deudas, con su aportación algunos ingresos teníamos y
suficientes pagos en especias recibíamos, cuando te dedicabas y
estabas al frente de la botica, de nuestra farmacia y de la
peluquería.
Ahora
he de suponer e imagino se lo llevan los mancebos que tienes
contratados y flaco favor nos hacen, puesto que desde semanas no
entran ni divisas, ni comestibles ni dinero con el que ir a la panadería y al mercado de abastos. Ahora llegará la
hora de abonarles sus nóminas y de donde sacaremos el montante para
pagarles. Sin remisión el rincón que tenemos en la Banca de
Navarra, va disminuyendo de seguir así valdría la pena no continuar
erosionando el capital y, cerrar todos los negocios. Mandarlo todo al
cuerno, porque puedo imaginar que los impuestos, las facturas de las
medicinas a los laboratorios y del herbolario, tendremos que
seguirlas pagando nosotros. ¡De donde!
__
Todo cambiará hija__ dijo Saturio, a Xarme, que estaba desquiciada.
__ He tenido unas manos de cartas muy malas hace un tiempo. Desde que
enfermó tu madre, no sé que tengo qué, no doy una de derechas.
En
el Casino tampoco van mis apuestas como antes, toda aquella luz que
tenía, aquella suerte en el juego con la que gozaba, se ha esfumado
y eso ha hecho debilitar mi persona.
__
¡Estás enfermo padre!__ contestó agraviada Xarme__, tú no
debieras jugar. Eres el director del Casino, nos arruinaremos contigo
y luego llorarás o harás lo fácil te quitarás la vida, con una de
esas pistolas que cuelgan de la pared del salón. Decir que has
tenido mala suerte, cuando tú eras el primero que mantenías aquella
máxima de: “ la fortuna “ es un estado de emoción y solo eso.
La suerte no existe.
En
realidad, es lo que nosotros hacemos por forzar las cosas y nos
aparece cuando creemos estar acertados en que todo nos viene a pedir
de boca__ siguió argumentando__ Tu el hombre justo y cabal, aquel
licenciado que veía la brizna en el ojo al vicioso jugador, del
ludópata empedernido, el enfermo en ciernes y clamabas al cielo con
tus maldiciones y para curarle y aconsejarle, si era preciso le
recetabas un montón de brebajes para sacarlos de la degeneración y
que ellos ya curados por tus pócimas volvieran al redil.
Ahora
eres tú; el primero en sumarte al grupo de los descarriados. No te
da vergüenza lo que va diciendo el pueblo de ti.
Sois
el hazme reír de la población, con el lío de faldas que lleváis
la peluquera y tú.
Dolores,
a la que te tiras en su propia casa, sin importarte que tus hijas
tengan que soportarlo y su marido lleve unos cuernos de ciervo de
monte, que ya se los afila el herrero de la plaza.
Sin
escandalizarte sobre lo que vierten sobre esa familia y la nuestra,
por vuestros escándalos.
Saturio,
no estaba sereno y ya le era imposible continuar perdiendo el tiempo
que le quedaba, para poder mitigar la barbaridad que había
protagonizado, el acto de salvajismo que encarnó aquella misma
madrugada y haciéndole un gesto a su hija para que le diese la
palabra enunció.
__
He cometido muchos errores Xarme y espinosos, muy graves pero; como
el que voy a contarte ahora mismo, ninguno.
Trataré
de enmendarlo, tengo muchos contactos de amigos que creo solventaran
el asunto sin que intervenga la gendarmería y de otros que no lo son
tanto, que por el mero hecho de que me deben grandes cantidades de
dinero y favores, provenientes del juego atenderán sin demasiadas
preguntas.
Todos
ellos me ayudaran sin remedio precisamente para disimular y esconder
los detalles y los líos de sus queridas, esas señoras de la
sociedad que llegan invitadas por ellos.
Esos
políticos de Madrid, que para
disfrutar de un
adulterio a la carta, traen disimuladamente al Balneario y al Casino,
desde la estación de Logroño, a todo confort, para gozar de los
baños de las termas. Con su jolgorio incluido y todo en secreto por
estar ellos debidamente instalados en el partido y ellas por ser
dignas esposas de gentes muy notables, también me echaran una mano
para que todo quede oculto y nadie pueda enterarse.
__
Por mi parte, no quiero saber demasiado de tus fechorías, lo único
que quisiera es que no des la nota en este pueblo, que todo se
critica y ya vamos apañados con lo que tenemos encima. ¡Llamaré al
servicio que traiga vendas y alcohol amercrominado para curarte esos
brazos de homicida
__
¡Escúchame!, y deja tus retahílas para otro idiota.
¡Acabo
de matar al marido de Dolores, al amigo Segismundo, el bocazas de
Arnedillo y lo tengo oculto en el despacho del Casino, esperando
poder deshacerme del cadáver.
__
¡ Que dices por Dios! Acabas de matar al marido de Dolores Zurita y
te quedas tan tranquilo, esperando que yo te resuelva el entuerto
¡Estás loco!
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