Tengo la satisfacción de disfrutar estos dias, del buen clima del Puerto de la Cruz en Tenerife, sin omitir la simpatía y gracia de sus gentes, amables como pocas, de la luz y claridad de sus playas y demás encantos que nos envuelve, sin olvidarnos de la buena música, que por todos sus rincones se disfruta y se interpreta.
Desde la calle de la Hoya hasta enfilar la via de Quintana y llegar a la preciosa plaza del Charco, voy encontrando a los diferentes artistas que nos deleitan con sus mejores canciones.
En el paseo de San Telmo, que es el cruce comercial por excelencia, se ven también enfrascados con sus números esos virtuosos que aqui les quiero reconocer su valía.
Los turistas se arremolinan sin más, como si una fuerza motriz nos atrajera a su vera, llamados por la dinámica de esos acordes que alegres, medidos, afinados y concluyentes nos hiciera con gusto; por supuesto, quedarnos frente a los artistas esperando sin prisa el final de su canción, que expira hasta nueva interpretación para seguir notando esa realidad que ellos transmiten para que la recojamos los necesitados del disfrute, venga de donde venga.
Me llevaré para mi, aquello que no podré regalar a nadie aunque quisiera. Las vibraciones de bienestar y los momentos y sensaciones tan particulares como he celebrado durante esta semana de placer.
1 comentarios:
Buenas noches, Emilio.
Qué alegría la que eres capaz de trasmitirnos, a todos los que hemos estado por esa maravillosa tierra.
Con todo lo que nos indicas hemos de ver la manera de ir, a este maravilloso lugar.
Un fuerte abrazo, para ti y tu familia.
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