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Como ya viene siendo habitual por lo menos desde hace siete
" junios" , se celebra para el mes central, "la mesada sexta",
la clásica reunión de compañeros alrededor de un buen plato de arroz con
marisco, en el restaurante el Avión, cercano a la _ platja del Baxador _ la playa del apeadero en Castelldefels.
Cada anualidad, hay cambios y es muy normal, ya que en ella
asisten los becarios del departamento, y los jubilados del mismo que poco a
poco van dejando la actividad diaria y entrando en la fase de "_los lunes
al sol_"
Los amigos que de momento están activos y deben cumplir cada
día con su horario nos miran con ojillos de querer, sin pensar en que por
delante nosotros ya hicimos y pensamos lo que ahora hacen y piensan ellos
mismos.
Recuerdo que comenzamos a hacer esta comida para celebrar,
entre tantas cosas buenas que nos pasaban entonces, la llegada de la jornada
intensiva en las oficinas de Siemens, cuando se acortaba el horario y por las
tardes decían que podíamos ir a casa. Reflejo que decían porque no siempre se
cumplian aquellas máximas, ya que en aquellos tiempos, ya habían inventado
aquel nefasto proceder llamado: La consecución de los incentivos.
Trampa mortal para verte atado de por vida a la pata de la
mesa de trabajo en busca del "arca perdida" dirían los más
tradicionales y los menos le llamaríamos ni más ni menos que no perder el
porcentaje de la prima anual. Debido a lo que nos oprimían nuestros líderes, en
las metas de consecución, mientras ellos se lo pasaban bomba de mitin en mitin
y de concierto en concierto.
Como es sabido las grandes fortunas y amistades se fraguan
alrededor de una buena mesa, con manjares exquisitos y eso último es lo que
queda a fin de cuentas en nuestro hipotálamo.
_
¿Y tú me preguntarás?
_
¿Donde mandangas está el hipo... ese?
Pudiendo responderte de forma más o menos sencilla para que
todos lo supiéramos de buena tinta que es una importante región de nuestro cerebro que coordina
aspectos fundamentales del cuerpo como lo son las emociones, los
recuerdos, los sabores, las sensaciones y los caprichos...
Sin embargo volvamos a lo que nos ocupa, este año han
repetido las mismas personas de siempre, pero además recuperamos a Sonia, que
por motivos personales se había quedado rezagada unos años, Teresa no ha
asistido por estar en Corea, con su hija, que es gimnasta buenísima y está seleccionada
para futuros eventos olímpicos, un becario nuevo Joan muy simpático y Blanca y
Mireia que repiten del año anterior.
Los clásicos, los de siempre; José María, Oscar y un
servidor puntuales como faros hasta que imagino tengamos fuerza para hacerlo.
Recordamos conversaciones de todo tipo, pero todas
ellas simpáticas y agradables, así lo hemos hecho desde los tiempos, sin entrar
en penas, enfermedades ni disgustos.
Cuando la comida. El arroz del Avión acaba, ¡vuelven
los consabidos refranes! que para designar lo que pasa no hay frases mejor
hechas como las tradicionales y si no lean...
¡Cada mochuelo a su olivo!
Las hay más fuertes, pero no vienen al caso.
Amigos un saludo entrañable y un abrazo para desearos
buen verano, lleno de salud y de alegría.
Dejo las fotos de los que participaron para que nadie
se sienta olvidado y para que a medida que pasen los años, vayan ustedes comparando
como la metamorfosis, no es dable tan solo en las mariposas.
Texto y fotos
E.Moreno
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