viernes, 17 de junio de 2016

Arroz y risas



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Como ya viene siendo habitual por lo menos desde hace siete " junios" , se celebra para el mes central, "la mesada sexta", la clásica reunión de compañeros alrededor de un buen plato de arroz con marisco, en el restaurante el Avión, cercano a la _  platja del Baxador _ la playa del apeadero en Castelldefels.
Cada anualidad, hay cambios y es muy normal, ya que en ella asisten los becarios del departamento, y los jubilados del mismo que poco a poco van dejando la actividad diaria y entrando en la fase de "_los lunes al sol_"
Los amigos que de momento están activos y deben cumplir cada día con su horario nos miran con ojillos de querer, sin pensar en que por delante nosotros ya hicimos y pensamos lo que ahora hacen y piensan ellos mismos.

Recuerdo que comenzamos a hacer esta comida para celebrar, entre tantas cosas buenas que nos pasaban entonces, la llegada de la jornada intensiva en las oficinas de Siemens, cuando se acortaba el horario y por las tardes decían que podíamos ir a casa. Reflejo que decían porque no siempre se cumplian aquellas máximas, ya que en aquellos tiempos, ya habían inventado aquel nefasto proceder llamado: La consecución de los incentivos.
Trampa mortal para verte atado de por vida a la pata de la mesa de trabajo en busca del "arca perdida" dirían los más tradicionales y los menos le llamaríamos ni más ni menos que no perder el porcentaje de la prima anual. Debido a lo que nos oprimían nuestros líderes, en las metas de consecución, mientras ellos se lo pasaban bomba de mitin en mitin y de concierto en concierto.

Como es sabido las grandes fortunas y amistades se fraguan alrededor de una buena mesa, con manjares exquisitos y eso último es lo que queda a fin de cuentas en nuestro hipotálamo.
_ ¿Y tú me preguntarás?
_ ¿Donde mandangas está el hipo... ese?
Pudiendo responderte de forma más o menos sencilla para que todos lo supiéramos de buena tinta que es una importante región de nuestro cerebro que coordina aspectos fundamentales del cuerpo como lo son las emociones, los recuerdos, los sabores, las sensaciones y los caprichos...

Sin embargo volvamos a lo que nos ocupa, este año han repetido las mismas personas de siempre, pero además recuperamos a Sonia, que por motivos personales se había quedado rezagada unos años, Teresa no ha asistido por estar en Corea, con su hija, que es gimnasta buenísima y está seleccionada para futuros eventos olímpicos, un becario nuevo Joan muy simpático y Blanca y Mireia que repiten del año anterior.

Los clásicos, los de siempre; José María, Oscar y un servidor puntuales como faros hasta que imagino tengamos fuerza para hacerlo.
Recordamos conversaciones de todo tipo, pero todas ellas simpáticas y agradables, así lo hemos hecho desde los tiempos, sin entrar en penas, enfermedades ni disgustos.
Cuando la comida. El arroz del Avión acaba, ¡vuelven los consabidos refranes! que para designar lo que pasa no hay frases mejor hechas como las tradicionales y si no lean...


¡Cada mochuelo a su olivo!

¡Cada perrico a chuparse su pijico!

Las hay más fuertes, pero no vienen al caso.
Amigos un saludo entrañable y un abrazo para desearos buen verano, lleno de salud y de alegría.
Dejo las fotos de los que participaron para que nadie se sienta olvidado y para que a medida que pasen los años, vayan ustedes comparando como la metamorfosis, no es dable tan solo en las mariposas.



Texto y fotos
E.Moreno


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