Nueva entrega : Viene del capítulo anterior
_ Bueno
René, no me asustes de entrada. No he venido a engañar a nadie, y menos a
enredarte a ti, me parece natural que estés en guardia conmigo, pero relájate
que yo no me como a nadie. Si estoy aquí es por decisión de tu madre, y como
imaginas no he forzado para nada este encuentro, creo que somos personas y como
mínimo me has de conceder un espacio para conocerme. No padezcas que ya
hablaremos después de las presentaciones obligadas y nos contaremos el partido.
¡Claro si tú quieres! En caso contrario pues no pasa nada, yo me quedo tan
normal y no te molesto. Espero seas persona comprensiva, discutidor antagonista
y no te dejes amilanar por las medias verdades venidas de cualquier parte. Tu
madre, tiene puestas en ti muchas confianzas y espera, toda esa intuición
necesaria. ¡Que sepas me has caído bien! Y te diré aquello de: ¡Me gustas tío!
Acabó
Manolo su perorata dirigida a René, mientras los demás soltaban el aire viciado
y contenido en su plexo pulmonar, después de la finalización de una escena
tensa y mal dispuesta, que estuvo a punto de concitarse. De no haberse abortado
se hubiera complicado aquella fiesta de presentación y alegría en una vivencia
para olvidar, siendo sin dudar un mal presagio, para las relaciones futuras.
No sin apreciar
los presentes un placer notorio por el fin, de las hostilidades; que gracias a
la mano izquierda de Manuel, que experta, supo llevar aquel despropósito a
desembocar en un puerto benigno, de mar en calma. Quizás esperaban alguna
reacción agresiva por parte del nieto de la Pajarita, alguien de los allí
presentes, pero no tuvo agallas el consentido René, ni estaba adiestrado en
semejantes situaciones, ni siquiera hubo reticencias de desacato futuras, pasados
los consabidos segundos de silencio.
René
quedó perplejo por la entrada, el planteamiento valiente, e inesperado que tuvo
Manolo en presencia de todas aquellas personas. Las que Mechthild decidió con
su decisión personal y sin consejos de nadie, las elegidas que debían estar en
aquel lugar para darle la bienvenida a su enamorado. En el que tenía fundadas expectativas
y toda su ilusión de relación perdurable.
Únicamente
pretendía Miche fueran corteses con el recién llegado y le saludaran como
solían hacer en aquella mansión a los invitados relevantes.
Quedando
claramente que la impronta de su hijo, su educación, o su personalidad, dejaba
bastante que desear, o los consejos que recibía no eran lo suficientemente
apropiados para correlacionarse con personas en sociedad.
El ambiente
se había cortado como si hubiese pasado una desgracia inapelable, y la abuela Clara, instó para que todo
volviera a estar con la ilustración necesaria y pertinente. Haciendo una pausa
y derivando las tensiones hacia un mal ejemplo de juventud y a un conato de
celos, por parte de su amado nieto.
Otra
maestra doña Pajarita, forjando que todo aquel agravio volviese a tener la
calidez oportuna, haciendo olvidar de buenas a primeras, aquellos desafueros
protagonizados sin sentido y de una grosería espeluznante.
Mechthild,
el secretario, la madrina y el adolescente mismo quedaron absortos, sin
precisar ni distinguir que decir que viniera a cuento y fuera oportuno, al
desconcierto vivido. Cuando Doña Clara, invitó a René a que se excusara o se
desdijera de tanta vulgaridad.
_ No te
conozco René_ Dijo con aplomo aquella dama tan elegante. Creí que estabas más
maduro, y que podías defenderse solo, argumentar tus pensamientos sin agraviar
a tu madre y a su acompañante. Piensa que si nosotros tuviéramos que opinar de
cuantos amigos y conocidas traes a la hacienda y pudiésemos decir aquello que
nos parece, sin medir consecuencias. Igual tu quedarías muy dolido por tanta
insensatez. Por lo que pido seas cuando menos, más reflexivo.
Todos
le miraron y nadie pronunció palabra en su ayuda, mientras expresó todo aquel
manojo de incoherencias y al verse tan desasistido, no pudo continuar cargando contra Manuel, y comprendió
que no era el momento para iniciar el principio de la contienda, si no que
debía salir airoso de tanta inmadurez y les debía tanto a su madre como a su
pretendiente una explicación.
_
Madre. ¡Lo siento! No sé que me pudo pasar con tantas veces como hemos ensayado
este minuto. Tanto como me habías pedido ayuda y yo quise dártela, no creas que
he cambiado de pensar. He sido un chiquillo que me he dejado llevar por los temores,
cuando sé de verdad que pase lo que pase, seguirás siendo mi mamá y nos
querremos siempre_. Hizo una pausa para tomar aire y mirar a los ojos a Manuel
para decirle.
_
Perdóname. No quiero que me juzgues mal, estoy seguro, que nos hemos de llevar
fenomenal, porque aunque no he querido reconocerlo, eres el tipo de persona que
necesito en estos momentos. No me creerás pero he estado mal influenciado por
quien quizás no debía. Por ello, delante de todas estas personas que nos
rodean, que son en definitiva quienes me importan, te pido me perdones porque a
partir de este momento, hablaré contigo todo aquello que me parezca, me
interese y me incumba.
Manuel
García de la Serrana, quedó de una pieza, emocionado y muy tocado por tanta
sinceridad, como salía de la boca de quien instantes antes le había casi
incendiado a improperios desangelados y vulgares sin razón alguna a su persona
y este; a bote pronto y usando su normal coherencia, se abrazó al muchacho,
dándole un apretón que fue muy apreciado por todos los que vivieron aquellos
episodios exiguos y dolientes.
Miche
siguió con aquel calvario de las presentaciones. Le tocaba a su madrina, a su
amiga y confesora, a su paño de lágrimas en tantas vicisitudes vividas. Su tía
Virtudes Malena.
Mechthild
se acercó a darle un abrazo verdadero y sus miradas se cruzaron, sabiendo y
entendiendo enseguida lo que le pedía, una mediación fuera borda para que las
cosas se desarrollaran por buen camino.
Sin
duda a Virtudes, la gracia y la espontaneidad de Manuel le había calado muy
bien, notó que era hombre de una pieza, redondo y sin resortes engañosos, sin
mediar discrepancias, se adelantó educadamente, y se abrazó a Manuel, dándole
sendos toquecitos en la espalda, demostrándole que a ella si le gustaba el tal
Manolo García de la Serrana.
_ ¿Has
tenido buen viaje hijo? _ le preguntó Virtudes Malena formulándole otra
pregunta antes de que contestara_, que te ha parecido mi niña Miche, ¿guapa eh?
dejando que él respondiera después de tanto interrogante.
_ Hola
Doña Virtudes, un placer abrazar a una señora tan simpática y tan amable, era
casi una necesidad para mí, sentir un poco de calor humano sincero. Después de
tantos días de ausencia de mi gente, encontrarme tan arropado por ustedes.
_ No me
seas embustero Manolo_ dijo con gracia Virtudes_, este quizás sea uno de los
peores momentos, desde que conoces a mi sobrina y desde que aterrizaste en esta
Tinaja del Secreto. ¡No lo niegues!, todos te estamos haciendo una radiografía
y eso no es grato ¿No crees? Sin contar con el estado de arrebato de mi niño
René, que por fin se ha dado cuenta de lo que valen las cosas y como brillan
las que son auténticas desde el primer momento y sin que les dé el sol. ¡Ah! y
no me llames doña Virtudes, llámame Malena y punto, si no quieres que corra tu sangre
española.
Manolo
no pudo contener la sonrisa y enseñó toda su dentición perfecta, aduciendo con su
lenguaje corporal que Malena llevaba más razón de lo que imaginaba. Demostrando
sin mediar palabras, tan solo con su postura y la definición de sus ojos, que
aquella mujer le caía fenomenal.
Miró
alrededor de sí y vio a Mechthild que estaba comenzando a disfrutar con el
concurso que aportaba y pronunciando nuevamente palabras de agradecimiento y
muy educadas intentando contestar tantas preguntas que en una; le había
formulado Virtudes y que analizaron concienzudamente el grupito de personas que
bajo las palmeras permanecían en pie, esperando terminara aquel teatro de acaecimientos.
_ Es una situación incómoda para todos_ expuso
Manolo, con seguridad mirando a Doña Clara y a Malena_, por querer saber de mi persona,
intentando ser admitido por ustedes, pretendiendo saber quién soy, de donde
vengo, a que he llegado aquí desde tan lejos, intuyendo que igual quiero
engatusar a vuestra Mechthild, que soy un vulgar gañán, un aprovechado, un
sinvergüenza sin escrúpulos. ¡Pues no soy eso!
Tampoco voy a extenderme en explicar mi biografía. Simplemente dejen que
la vida siga su curso y si ha de ser será y si no pues cada mochuelo a su olivo.
To be continued
Continuará
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