lunes, 27 de octubre de 2014

El wáter cósmico_ Cándido liga_


Viene del episodio anterior publicado .  Cándido Sueña.


 Titulo del episodio: Cándido Liga 





_ Oiga perdone, que le moleste_ dijo Carla, dirigiéndose a Cándido, que esperaba en una larga fila de información, en la ventanilla de visados.

_ ¿Me conoces guapa?_ dijo Cándido, con esa gracia celtíbera que poseen los iluminados.

_ Tú eres humorista y gracioso rumbón _, comento Carla con valentía y sin vergüenza fingida_ perdona el tuteo, pero no sé cómo dirigirme a ti. Además jamás le hablé a un humorista profesional.

No eres el que el pasado viernes, ¿Actuabas en el Teatro Rubén Darío?, desplegando y haciendo las delicias de cuantos estábamos disfrutando de ti, en el gag estupendo de saludo hacia mi amiga Metchild y Manolo García de la Serrana, un comercial que viene a presentar un artilugio para lavabos muy completos.


_ ¡Sí, claro! Cheo y yo, estábamos encima del escenario, somos los actores del Caniche, espectáculo que el teatro ha propuesto, y como sabíamos que Manolo estaba con su chica, y del amor que chorrea por la Nica, quisimos ayudar a que se entendieran en la cama y en la calle.

Ya sabes, sin tapujos, las cosas como son. El amor es así. El tipo es bueno y se ha enamorado de la pajarita de sus sueños y por qué no ayudarle. Tú harías lo mismo. ¿No es así? Por un compatriota se hace lo que sea, además él nos ha socorrido mucho. Es un tipo diez.

_ ¡Así lo crees! _ dijo Carla, sin cortedades ni impedimentos_ Fue una ilusión divina, la que toda mujer sueña, un espejismo, que impensable nos pase a la mayoría de las chicas. Por ello, quiero felicitarte y decirte que me encantaste. Te abordo en tu privacidad y perdona. Es tan solo, para decirte lo que  disfruté con tu actuación y que me firmes un autógrafo.

_ ¿Eres amiga de Metchild y Manolo? _ preguntó Cándido, muy interesado y sin dejar de acariciar las manos de Carla, mientras le ofrecía papel y lápiz para el autógrafo. Evitando dejar escapar a Carla por las prisas y sin saber más de ella. Aquella morena preciosa, que se brindaba a la buenaventura, y al encanto que recibía de buen grado el artista.


_ Pues mira, ¡sí! Lo soy, amiga de Metchild de toda la vida, la que me pidió que la ayudara para recibir a Manuel, venido de España, y montar un poco aquel show por aquello de las malas prácticas y cerciorarnos que fuera el que decía ser, aquel amigo que ella esperaba. Sin trampa ni cartón.

Por ello fui invitada, como agradecimiento por Metchild, en otras localidades y a la cena que ellos celebraron en su encuentro.

_ ¿Y qué haces en la embajada española? Tú una mujer tan preparada y tan guapa. ¿No me dirás que quieres ir a nuestro país? ¡Sola y sin amigos, ni conocidos!

_ Oye no me asustes, que no es para tanto, solo vengo a preguntar los requisitos que son necesarios para poder instalarme en Madrid, o Barcelona. Tengo una carrera y no tengo compromiso de ningún tipo para poder defender un trabajo y una vida en la España de nuestros abuelos.

_ No digo tanto, por cierto me llamo Cándido y ¿tú?

_ Soy Carla Jiménez de los Campos, licenciada e investigadora en criminología, adscrita al cuerpo nacional de defensa.

_ ¡Uy qué miedo! Me dejas encantado, y me gustaría poder seguir la conversación fuera de este lugar, que no es el indicado para disfrutar de los buenos instantes y charlar de España y de Nicaragua, creo que si me permites que te invite a comer lo resolvemos y nos damos las direcciones por si acaso fueran necesarias la resolución de futuras complicaciones.

_ ¿No vas muy deprisa señor Cándido?_ dijo Carla, no sin haberle gustado la proposición.

_ Llevo la misma marcha que creo, puedes tener tú, si quieres ir a España, sin saber nada de allí. No soy un irracional, soy artista y persona sin compromiso. Me conoces más tú que yo a ti, has visto durante hora y media como resuelvo las cosas encima de un escenario, por lo que debajo pues poco pueden diferir y más o menos sabes si soy agradable, si soy simpático, si puedes concederme el placer de invitar a una guapa especialista en querellas, o no puedes darme la concesión de conocernos, de comer en tranquilidad, sin ningún tipo de obligación.

_ ¿Eres así de exigente siempre? _ contestó graciosa Carla, esperando siguiera por esa senda el artista.

_ Puedo serlo más, si me concedes la ilusión que te ruego, ya te digo, nada te ata, ni mucho menos. Tú has venido a verme, a que te firme un autógrafo que dice que me conoces, que he charlado un segundo contigo. Deja que sea verdadero y que puedas juzgarme de verdad y sin falsas imaginaciones.

_ Puedo tener compromiso, o novio, no me conoces de nada_ asintió Carla, con tristeza.

_ Me parece estupendo, así podrás comparar, si tu novio es digno merecedor de una hembra como tú, de si te valora y si te respeta. Si has de llevarme preso a la primera cárcel que veas, si puedo llegar a estar inculpado por tu amistad. Yo simplemente te invito a una cena, después no he dicho más.

_ Me llamo Carla Bardají_, dijo acercándole la mano, para que la estrechara_, y estaré encantada en acompañarte a cenar cuando tú lo decidas. Sin saldos legales, ni sociales. No tengo compromiso personal, y me dedico a resolver enigmas denigrantes, soy madre soltera de un niño precioso de trece años y yo tengo treinta y seis.

Amiga desde la niñez con Metchild y con la vida resuelta perfectamente, encantada de que seas un tipo tan artista, abierto y simpático. Lo que resulta en la actualidad un placer, dadas las circunstancias de la vida.

_ Perdona, pero has de saber que el encanto es mío, poder acompañar en una cena, a mujer completa como vos, y en tan buena armonía, dejaría con la baba caída a cualquier presumido actor Hollywoodiense que se precie.

Rieron ambos compartiendo direcciones y teléfonos, quedando para verse muy pronto y poder charlar de cuanto les viniera en gana.




Anguela Kronen Müller Ruiz, conocía perfectamente el idioma castellano, desde su tierna infancia lo aprendió gracias a su madre, Concha Ruiz Puig, nacida en la Rioja, en la romana Calagurris. Casada con un militar del Tercer Reich, de la Alemania Nazi.

Ludwig Kronen Müller, Teniente Coronel, de las Waffen- SS, el ala combatiente de las llamadas “S.S” Schutz Staffel en Castellano Escuadrones de Protección.
O sea los militares que dirimían la guerra en los campos de batalla por toda Europa.  Nada que ver con la represión judía.
Diferentes secciones dentro de la misma aberración y en contraste con las Allgemeine-SS, el ala política y represora del Nacismo. Este militar estricto fue muerto en el campo de batalla, en las Ardenas, cerca de Bélgica, ya finalizando la guerra.


Ludwing había conocido a Concha, durante la guerra civil española, en el año 1938, cuando los alemanes bombardeaban el suelo español, con sus famosos aviones Junkers y Heinkels.  Entonces el joven militar pilotaba una de aquellas pavas inmensas cargadas de munición destructiva y en un repostaje en la ciudad de Zaragoza, se conocieron, en el hospital de campaña, al estar herido de metralla en el hombro y ser curado por la enfermera Conchita.

Se enredaron y al volver las tropas alemanas a Berlín, se llevó a la enfermera, ya casados formando una familia de la cual nacieron tres hijos, dos varones y una hembra.



To be Continued
Continuará en el próximo episodio.


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