jueves, 17 de mayo de 2012

Marquesa sensual



La planta de mi salón
debe ser femenina,
al pasar me mira siempre
y por costumbre suspira.

Silencia, permanece erguida
enseñando sus rebrotes,
sus ojos al horizonte.
No sé bien por donde mira

La aprecio y le hablo,
le explico mi espanto.
Tranquila me escucha,
aprecia mi sutil canto.

¡Seguro que es mujer!
Vestida con impúdicas galas.
Reverdece al atardecer
y solo enseña la espalda.

Si le piropeo, se inflama,
al cantarle emociona.
Si me acerco, me regala
con su perfume me embriaga.

Me ve desnudo pasar,
desde la ducha. ¡Se encanta!
Nunca deja de mirar,
ella jamás se amilana.

Alocasia es su nombre,
de la familia Arácea.
Es de linaje verdoso,
como el pecado y la trampa.

Sus orejas de elefante,
parecen dos palmas claras.
Al acercarte despoja,
incienso suave y te ampara.

Marquesa la llamo siempre.
¡Porque me miras descalza!
Ella nunca tiene dudas,
de cómo airear sus faldas.

Secretos mantuve con ella,
por cierto fijó una sentencia.
Avale en los años verdes,
antes que las tinieblas vengan.






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