Déjate
seducir por un dulce final.
Es un
slogan que se lee en publicidad.
Si
fuese cierto, que dudo de su verdad,
en su
difusión carece de sinceridad.
Seducir,
es: cautivar,
atraer,
maravillar.
Si
falta algún ingrediente,
mejor
no dejarse apresar.
Todo es
maravilloso,
al
comenzar su andadura.
Luego se
torna grotesco,
si la
relación perdura.
Paciencia
tenemos poca,
en
estos tiempos de prisas.
Mejor,
lo cambiamos,
si no
cumple expectativas.
Por
ello las gentes,
vivimos
si más.
Si no
hay garantía,
reintegro
el material.
Si te
dejas seducir,
por ese
dulce final.
Seguro
te engañas.
Vuélvelo
a intentar.
Asegura
muy mucho,
detalles
que van,
íntimamente
escondidos.
tarados
sin más.
Prefiero
ser libre,
gozar de
afecto y pasión.
Admirarte
indiviso,
mientras
perdure el ardor.
Si todo
lo entrego,
y me
olvido de ser encantador.
Me
quedaré solo
¡Eso lo
sé yo!
Por
ello prefiero,
ahondemos
los dos.
Seductores
diarios,
de
nuestra ilusión.
Deja
que te seduzca a mi manera,
sin
slogans, ni publicidad mensajera.
Porque mi
sinceridad, expresa.
Auténtica
e imperecedera
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