Trufas
heladas de temporada,
tómalas
pronto, son mermelada,
es propaganda
de enamorada.
La gusta
la joven, la cata la yaya,
no te
imaginas el gusto a bananas,
lo dan
esos frutos recién levantada.
Pelando
la pava de tan buena gana.
Déjate
libre, suéltate toda
inspira
ese aire que lleva a la gloria,
cierra
los ojos, cumple los sueños,
deja
que llegue por fin sin empeños.
Ese que
oscila en tu mecanismo,
lo
estás esperando, no es misticismo.
Fluctúa
y ondea ¡Ese es tu tipo!
Paladea
muy quieta, succiona,
absorbe
con lengua famélica,
el agrio
emboque de jadeos deformes.
Los que
apeteces en tus horas tercias,
esos
que fogosa ceden y te merman.
Cierra
los ojos, abre una brecha
adonde
penetre, tu dicha regia.
Nada es
verdad, todo se truca
hasta
se acaba la pasión turca.
Deja
que fluya, suavidad pura,
de no
pedir nada, todo conculca.
Finges
amor, es una burla,
borrachera
que te abunda,
sin
duda, fogosidad mayúscula.
Acosas
tendida en tu lona manchada,
esperas
que llegue la pesadilla amarga.
Desnuda
demoras, descalza, sin nada,
te
sientes envuelta en la madrugada.
Ardientes
tus pechos, rezuman la nada,
tu piel
muy pringosa, gelatina, guayaba.
El
reloj no detiene y tú poco amada.
Descorcha
el deseo con la brisa helada,
tras
esas esperas que son muy pesadas.
La
cabeza no para, por especular fracasa,
solo son
reflejos, cábala infundada.
Otra
vuelta a la almohada,
aunque
cierres los ojos,
el
sueño se espanta y aun no estás mojada.
Sola reincides,
conmoción sagrada,
son
venerables tus ocultas ansias.
Intuyes
el gusto de ser conquistada,
solo disfrutada
por el calor de las sábanas.
Dale
otro minuto, para llegar al alba
necesitas
con urgencia, estar asaltada.
Solo te
hace falta. La culminación codiciada.
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