viernes, 23 de marzo de 2012

Desnudo sin aspavientos


Avasallan los recuerdos del ayer
y los de hoy también amenazan.
Será que debo pagar un peaje de travesía
por no alentar nada.

La pretensión no es quedarme con ellos,
ni siquiera retrasar el reloj, tampoco volver.
Solo treinta y tantos, pasaron sin huella,
Quizás un poco tarde, para asirme a su estrella.

Sobre el mantel, las velas y prendidas
como teas, iluminan mi frente serena.
Tan solo treinta atrás, me hubiera
consumido esta escena.

Entonces, como ahora nada requería,
nunca se precisa de nadie hasta que te falta.
La vida sonreía, como lo puede hacer hoy mi devoción,
aunque el dibujo en mi risa, imite y finja.

Sin ti, no hubiese sido nada, ¿Y sin mí? ¡Menos!
Son palabras pronunciadas, por no quedarnos yermos.
Cuantas veces habremos escuchado este mismo cuento.
Frases hilvanadas para no resultar lerdos.

Rutina, y más costumbre, un poco más de lo mismo,
quisiera cambiar el pasmo de mi destino.
Aún a sabiendas que ya no imprimo,
aquella naturalidad con que limito.

La esperanza es una tonadilla muy usada,
que nos llega por intuición,  muy gastada.
Si la aceptas, estarás feliz, aunque no valga,
Una vez perdida, ya no hay razón para cantarla.

Ahora que no tengo vértigos, ni dolor de alma,
prefiero confesar mis faltas sin perturbarlas.
No sea que con las prisas de la mañana,
me deje alguna muy dentro sin tributarla.

Igual, lo digo para no olvidarlas,
a menudo con ellas me jacto de salvaguarda.
La memoria a veces no da la talla,
y en ocasiones miente o te engaña.

Quería decir mucho y no sentencio,
volviendo a lo recurrente del “Menos mal”
no hay desvelo ni escarmiento.
Lo guardo todo para mi  ¡Viva el silencio!


Si por la boca hubiese echado fuego,
aclarando las ideas de mi verbo.
Levemente hubiese abrasado tu juncal ejemplo.
Quedando ante el mundo,
desnudo y con aspavientos.

Por ello, antes de comenzar el último trayecto,
quiero confesar muy claro, lo que no he hecho,
igual un día olvido ingerir la pastilla y me quedo tieso
y dejo oculto sin expresar mi sentimiento.






2 comentarios:

José Añez Sánchez dijo...

No has dicho mucho pero ha sido poco y profundas sentencias. Yo, me quedo con estas: "Avasallan los recuerdos"; "...nunca se precisa de nadie hasta que no te falta."Sin ti, no hubiera sido nada, ¿y sin mi? menos"; "Rutina, y más costumbre, un poco más de los mismo..." Y ya no digo más porque tendría que transcribir, casi, el texto de nuevo.
Como siempre, tienes mucho sentimiento dentro que nos lo vas "soltando" poco a poco.
Buenas vacaciones.

Teresa dijo...

Como siempre me has llenado el alma de pensamientos pensados para pensar. Así que ya tengo trabajo para un rato.
Gracias

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