Con los
ojos te tiento,
imposible
palpar tus adentros,
agrada
el imaginar.
Adivino,
arrimo imperfecto.
Te
observo con mis manos,
las que
harto resisto y embauco.
Negando
caricias al cuerpo raro,
¡Qué falsedad!
¡Así me engaño!
Percibo
congoja en tu piel,
derramas
narcótico amargo.
Simulas
sentirte fiel,
a pesar
del cruel letargo.
Alejados
por los sueños,
no
aguanto las distancias.
Soy
arrastrado sin gracia,
abrazado
a mi añoranza.
Aquel
viento sin memoria,
olvidó
promesas y glorias.
Extirpó
de las entrañas
la
invalidez de la historia.
Mi vacuidad
es insípida,
tanto
que no se percibe.
Deja
que el río desborde,
miserias
que no concibes.
Áridos sentidos
carentes,
descubro
la afonía del sonido.
Atracción
insolente prima,
dentro
del marco admitido.
Vuelven
a oír mis manos,
mis
ojos alcanzan la verdad.
Sé que
imposible, no consta.
Aun y
que no volverás.
Tiempo
ya no me colma,
su
falta ya es muy constante.
Gastado
en mil maniobras,
el
atardecer oculta el sobrante.
Por los
ojos sospeché,
que
buscabas con olfato.
Paladeo
los sentidos y,
todo el
sabor en tus labios.
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