domingo, 26 de febrero de 2012

De la cepa



 
Camino muy largo seguí
para conseguir mi regalo,
yo no quisiera mentir.
Aún lo estoy esperando

Aguardando su llegada,
distraigo mi amargura,
prefiero ser muy sincero.
Si cuando llega. ¡Perdura!

Los sueños son cotidianos,
pensando ¿Que será digno?
El balance ya vendrá,
cuando vaya de camino.

Desconozco si soy débito,
quizás, adeudo mi saldo.
Abrasado por culpas,
el crédito ha resbalado.

No presumo de valiente,
incluso puedo ser mohíno,
permítame celebrarlo
con un amargo de vino.

Los días consiguen merma
en mi espectro de cigarra,
si palpo, ya no conozco,
ya no tañe esa guitarra.

Como olvidar los guirigayes,
cuando todo era esperanza,
¿Hubiera guardado algo?
No serviría de nada.

No adivino dejadez,
en el traslado del alma,
no me quedaré plantado,
tampoco tocaré palmas.

A menudo me pregunto,
¿Cómo recorrí la cañada?
Tan angosta que es la vida,
no pude gozar de nada.

El carácter, viene en la cepa,
amonesto mi andanada.
A todos no puedo gustar,
bastante y mucho me aguantan.

Cuantas noches perturbadas,
intentando conciliar,
errores ya incorregibles.
No se pueden subsanar.

Soy feliz, cuando no pienso,
no existe sensación igual,
de ahí hundido en los versos,
para sentirme genial.


1 comentarios:

José Añez Sánchez dijo...

Yo creo que te di mi regalo: la amistad ¿O no?

Hasta pronto, con mis mejores deseos, José

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