Camino muy largo
seguí
para conseguir
mi regalo,
yo no quisiera
mentir.
Aún lo estoy
esperando
Aguardando su llegada,
distraigo mi amargura,
prefiero ser muy
sincero.
Si cuando llega.
¡Perdura!
Los sueños son
cotidianos,
pensando ¿Que
será digno?
El balance ya
vendrá,
cuando vaya de
camino.
Desconozco si soy
débito,
quizás, adeudo
mi saldo.
Abrasado por culpas,
el crédito ha resbalado.
No presumo de
valiente,
incluso puedo
ser mohíno,
permítame celebrarlo
con un amargo de
vino.
Los días
consiguen merma
en mi espectro
de cigarra,
si palpo, ya no
conozco,
ya no tañe esa
guitarra.
Como olvidar los
guirigayes,
cuando todo era
esperanza,
¿Hubiera
guardado algo?
No serviría de
nada.
No adivino
dejadez,
en el traslado
del alma,
no me quedaré
plantado,
tampoco tocaré
palmas.
A menudo me
pregunto,
¿Cómo recorrí la
cañada?
Tan angosta que
es la vida,
no pude gozar de
nada.
El carácter, viene
en la cepa,
amonesto mi
andanada.
A todos no puedo
gustar,
bastante y mucho
me aguantan.
Cuantas noches
perturbadas,
intentando conciliar,
errores ya
incorregibles.
No se pueden
subsanar.
Soy feliz,
cuando no pienso,
no existe
sensación igual,
de ahí hundido
en los versos,
para sentirme
genial.
1 comentarios:
Yo creo que te di mi regalo: la amistad ¿O no?
Hasta pronto, con mis mejores deseos, José
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