Conozco
a ese anciano,
mirada
perdida, sonríe llorando.
Recorre
minutos forzados,
subsiste
los ratos amargos.
Existe,
desilusionado.
¡Fíjate!
y no le hagas caso,
quizás
no merezca pena,
está
desquiciado.
Su lástima
negra,
la
lleva en las venas.
Esa
situación, nos espera.
Mansamente ¡Imperativa llega!
Pobre
del que libre se crea
exento
de senectud,
iluso
de panacea.
La vejez
trae un proverbio.
Madurar,
es fructificar.
Verse
añejo.
Nostalgia
al recordar,
pretéritos
recuerdos, ciertos.
Escuchar
cantos de saetas,
ver
corretear imágenes lentas
Creerte
en plenitud, ¡Años verdes!
Sentir
el latido en tus esperas
¡Que
lo sepan! ¡Como eras!
No
ha de pactar con las letras,
de
ellas, se exprime la esencia,
porque
son las que respetan
tus
decrépitas maneras.
Ser
veterano es ser ciencia
Poder
reírse del verbo,
que
representa tu cuerpo
sin
pretender ser poeta.
Distinguiendo
a ese esqueleto
con
la armadura que muestra.
Soy
más viejo que al comienzo.
Decía
un abuelo eterno.
Dejo
de verme tan serio
no
me incluyo en este tiempo.
¡Felicidad,
yo ansío! ¡No miento!
Soy
viejo y no lo
lamento,
estoy
llorando riendo,
no
por la vejez.
Son mis
sentimientos.
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