TINTA EN LAS VENAS.
Presentación el sábado día 23
de marzo de 2024
Lugar LA EXTREMEÑA, autor
José M.ª
Alarcón.
Ponente
de la exposición y presentación: Emilio Moreno
Frases de la novela de Alarcón
·
Cuando tienes entre las manos una obra,
vives todo el día con los personajes y llegas a verlos.
·
Si conseguimos que quien empiece a leer
nuestra obra nos siga hasta el final y al cerrar el libro no se arrepienta de
haberlo abierto, habremos logrado nuestro objetivo.
·
Nunca pida perdón a un escritor por
explicarle una historia.
·
Recuerde que el secreto está en no
levantarse de la silla sin haber escrito algo.
·
Errar es de humano y perdonar es divino, así
que el perdón se lo dejo a Dios.
Todo
comienza en la mesa cinco de una cafetería regentada por Terete y su socia
Inés, donde un tipo llamado Santi, solía visitar cada mañana para desayunar.
Que confunde a una de las dueñas de la cafetería por uno de sus personajes de
novela, entablando cierta relación de inicio para que se sumen todos los
factores de atracción, de sensualidad y de pasión en las venas que cubiertas de
tinta nos presenta el amigo José María Alarcón.
El
desarrollo del relato está muy bien montado y refleja las vicisitudes de una
mujer y de un hombre, padres de sus hijos que pasan por incertidumbres
cotidianas y sigue explicando así:
La actriz y bailarina galesa Gladys a la que conoció en el
Teatro de Viena, interpretando Orfeo en los Infiernos fue su musa hasta que se
deshizo su relación como los azucarillos en el café.
De la que se enamoró en un gesto excitante, con la que acabó
viviendo con ella en Londres. Hasta que les cayó el telón de las relaciones,
del hastío o del cansancio y ella se marchó para no regresar jamás.
Tardó un año en tener noticias suyas y saber que el propio
Santiago era padre de Evan.
Una mañana a Santi le sobresaltaron desde su cama con una
noticia al teléfono. Donde se enteró que Gladys se había suicidado. Los motivos
los describe perfectamente el autor, por lo cual aquí
me quedo con este raspante párrafo, que se desvela en la lectura de la fábula.
Evan el hijo de Santiago y de Gladys en el funeral seguía
manteniendo el tipo con sus ojos secos, pese al descenso a los infiernos. No
fue capaz de derramar una sola lágrima.
Después la obra se va nutriendo de detalles de actos y de
sensaciones muy anejas a la vida de cualquiera de nosotros, contando las
peripecias de Inés que se cree enamorada del escritor y al cabo comprende que
no es así.
Los consejos de la protectora de su madre conducían en sentido opuesto a los deseos de la hija que besaba por donde pisaba el amigo Santiago. Recordándole lo que le venía repitiendo desde que era una joven.
No te fíes de ninguno que todos buscan lo mismo. Repetía Inma
la madre de Inés que odiaba a los hombres desde que tuvo una decepción con el
padre de su hija.
Tras pasar por momentos severos Inés, desesperada, por un
confín de dificultades y de bochorno, al complicarla con unos actos ocurridos
en la juventud de la mujer, a la que filman desnuda y en aptitudes
pornográficas rodeada de las compañías que tenía en la pubertad, se aterroriza.
Y ella en pro de ocultárselo a su hijo, y evitar el escándalo fenomenal que
destapa, escapa con su niño viviendo con unos HIPPIS en una población alejada
del mundanal estruendo. Comprendiendo que por ese camino no resuelve nada en
absoluto y al poco vuelve donde su vida sigue.
Una vez repuesto Evan y de vuelta en avión desde Liverpool de
una recuperación eterna apareció saludable. El padre y toda la familia le
esperaba para recibirlo. Ya en la antesala del aeropuerto, pasando el joven
saludando por todos los brazos que le comprimían. Esperaba a prudente distancia
una mujer morena de mirada inexpresiva muy serena. En aquel instante aquella
aparición hubiera sido momento de satisfacción, pero en este caso empañaba una
sombra muy preocupante. Cuando acabaron las presentaciones Evan, se dirigió a
ella y la presentó a sus familiares.
Como su ángel.
Magdalena la enfermera que me ha estado cuidando estos meses.
¡Mi ÁNGEL!
El padre fue el último en saludar mientras la miraba
fijamente a los ojos, que su recuerdo debatía entre la incredulidad y la
certeza.
Hasta que le vio una cicatriz en su muñeca izquierda que
recordaba perfectamente la rasgadura y el cuerpo de alguien que entonces no
practicaba la enfermería.
Autor del mensaje: Emilio Moreno
Discurso hablado en la sala de la
Extremeña el sábado 23 de marzo a
Partir de las 19 horas.
En la mesa de ponentes:
Angela Presidenta de la Extremeña
José María Alarcón
Emilio Moreno
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