Al ritmo de tus cobas sigues vivo,
a veces detectando el colmo habido
y tantas otras; sin haber sufrido
como ese vulgar que se cree, ser divo.
A menudo te encuentras muy activo
y, pocas veces eres admitido
por tu infamia y el acto cometido
con ese fanatismo intempestivo.
Hay días; que no aguanto ni soporto.
enfurecido estoy y relegado
sintiendo mi descaro y no me importo.
Por mi propia obsesión, desesperado,
protesto, y poco agrado te comporto
ante similar pena castigado.
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