lunes, 17 de mayo de 2021

El poeta, lloró

 








Lloró el poeta, y fue por puro sentimiento,

perdiendo la sobriedad, dentro de la sazón,

sin dar señales ni emoción, porque el dolor era suyo,

tan suyo, como su misma pena, ¡Intima!

Tristeza, que mitigó su voz por un instante disimulado.

 

Lloró, sin que nadie le advirtiera; consigo mismo,

evitando lágrimas, posturas y falsedad.

Desvergüenzas que, en ocasiones, se dibujan.

Ofreciendo, una irrealidad, reprochable.

 

Fue punzante verle tan indefenso, por estar al tanto.

Actuaba, queriendo evitar imponderables,

con detracciones y desafíos envidiosos,

que procurarían con añagazas,

sacar partido de su dolor.

 

La nota escueta, aún estaba sujeta en sus manos,

trazada con el matiz teñido de su llaga,

que daba y quitaba conciencias en su conducta.

Anunciando con agrura, el por qué, le abandonaba.

¡Ya no me vales!

¡Estoy harta de esperar!

Refrendando, en el margen inferior de la glosa.

La gentil fémina que lo atañía: Su vida.












 

 

 

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