domingo, 7 de febrero de 2021

La altura del romance.

 

 








Algunos se lo creen, y así cualquiera.
Esos que, presumiendo tanto, expelen,
barbaridades al hablar, ¡Repelen!,
por su desentonada petenera.
 
Igual lo son, graciosos, tan siquiera,
vanidosos, se escuchan porque suelen,
imaginar, que al oírse no les duelen,
prendas ni dichos por su gran vocera.
 
De ahí, cuando tropiezas con poetas
sencillos, candorosos. El romance
toma altura, y se escuchan las trompetas.
 
Se abren los sentimientos con alcance.
El cielo se ilumina, con siluetas,
Y yo que lo disfruto, quedo en trance





 
 










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