Pasaron cuarenta y cinco años
Fue el inicio de mi aventura
Esa que para mí perdura
Gozando por los aledaños
Son mi sangre, quizás yo de ella
Son míos, o tal vez les debo
Les adoro y tanto los quiero
Que vuelo dichoso en su estrella
Yo pude, pero más me dieron
Tanto recibí que aun siento
Y percibo su grato aliento
En todo caso ellos sufrieron
Por una educación paterna
Quizás algo dura y severa
Por su gran formación primera
De la que será, sempiterna.
Felicidades, mi chiquilla,
Lo mismo deseo al chaval
Que los dos, son mi carnaval
Mi fiesta y son, de maravilla
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