domingo, 20 de diciembre de 2020

Inculparle.

 










 



Se fue a dormir, creyendo que vendrían,

y el sueño no tardó en vencerle pronto.

En el balcón, dejó todo el desmonto.

Esperando al fin qué ¡Comprenderían!  

 

Los confundió bastante ¡Se opondrían!

Dejando mil regalos, por ser tonto,

y desbordar su genio, por Toronto.

 

¡Difícil! No entendieron ¡No confían!

 

 

En cuanto despertó, notó mil besos.

De aquellos que jamás, pudieron darle.

Fue una gran sensación, entre sus huesos.

 

Arrancando por su amor y confiarle,

en su sueño feroz, al llevar presos,

mis disloques que son; para inculparle.










 


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