lunes, 28 de diciembre de 2020

Dos mil veinte, que le den.

 









Quiero acabar, este año tan nefasto.

Con un soneto que lleva su pena,

y con gloria, recuerden, lo que suena.

Sin que estén, por la ausencia, en mundo vasto.

 

Ellos, que nos dejaron sin abasto,

sin ruido, sin adiós con luna plena.

Sin el trayecto, de mi sangre en vena.

Tocan “fin” falleciendo sin desgasto

 

Espero dar final, al mal bisiesto.

Al dos mil veinte. Mi queja y destierro.

Anhelando con fe, que sea depuesto.

 

Por trance epidemial, cíclico yerro.

Finalice recodo y mute el gesto.

Y poder olvidarlo, con su entierro.





 


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