miércoles, 30 de diciembre de 2020

Estaba escrito, ni supieron leerlo,

 













El reloj de la plaza nos cambiaba

de año, de escena y de suerte futura.

dejando muy atrás esa ruptura

de la normalidad cuando volaba.

 

Quien iba a imaginar lo que llegaba

Nadie hubiese jurado con altura.

Desternillados de risa y holgura

Hubiésemos dudado del que hablaba

 

Doce uvas en mi plato. Yo apostaba

Tragarlas una a una, hasta la hartura

Haciendo bola en mi boca y agrura

Dudando por saber, si las mascaba.

 

Recordando otros años, que no estaba,

mas que por mi tendencia y postura.

Creyendo que no pasa y son maduras,

Las situaciones que paladeaba

 

Mientras tragaba granos, yo pensaba.

Son todos míos, ¡Dios! Con tu cordura,

Guárdamelos durante mi andadura

Que sea yo aquel que vislumbraba

 

El año saltó y el ruido chocaba

Las copas ya repletas de hermosura,

Ya todo es sueño. Nueva singladura.

Nadie sabía, que se aproximaba.


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