jueves, 9 de enero de 2020

Bienvenido 2020




Es una situación cómica y artística, lo ocurrido y repetido cada fin de diciembre.
Pasas de un periodo al otro, tras la última campanada del reloj desde donde estés viendo la transmisión del festejo tradicional, del racimo de uvas. 

La apertura de la añada entrante, te ubica sin más en otra subliminal esfera.
En este caso el que nos ocupa, y abordamos con referencia al 2020, fue sin más el que como otros pretéritos, consiente en albergar la vida de cada cual, otra vez, en un juego de esperanza y salud, siendo ese el primordial deseo, que esperas del cielo. Sin previo aviso, como suele ser.

Dando lo mejor de ti, con un arrojo prolongado, mientras paladeas el último grano de uva, y la campanada final, de ese preámbulo teatralizado por los humanos. Pidiendo al cielo una serie de exigencias, que después «vete tú a saber» si se cumplen o quedan como está mandado en el baúl de los tan deseados y por siempre incumplidos sueños.

Rodeado por costumbre y modo, de la gente que te gusta, y a la que quieres, el primer beso venial del mes, el abrazo prolongado y calador según venga a cuento y con quien.

El primer brindis del ciclo, con el cava que fresquito esperaba ser bebido en dichosa ocasión, por supuesto desde el ya, pasado año. Todo se daba con la naturalidad del mundo, aquella noche nadie podía prever que los allí presentes ni se enterarían de lo que iban a suceder, en los próximos cinco minutos, ni al día siguiente ni tan siquiera dentro del 2020, que ahora comienza.






Feliz 2020, a todos y sobre todas las cosas la Salud.








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