Ha
llegado septiembre y seduce
tu
cercana ilusión y tu alegría.
Las
tardes plenas de algarabía
y
tu olor corporal que tanto induce.
Lo
dulce de
tu amor ya me conduce
y
se agarra con esa simpatía,
haciendo
levitar con mi porfía,
en
esa tu atracción que me produce.
Olor
de amor, con voz de virgen quieta,
cuerpo
de mujer se me antoja yerta.
Manos
suaves con tacto y silueta.
Placer
de tu contagio siendo experta,
notando
con tu ansío y riendo inquieta.
Capricho
cuando yo; cierro tu puerta.
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