Quise
brindar por ti y alcé mi copa
llena
de mi ilusión con la esperanza,
de
aquel que sufre en calma tu añoranza,
viajara
en tu bajel con viento en popa.
Brindé
con vino y se transformo en sopa,
veneno
que en tu boca fue venganza.
La
que bebí tan agria en destemplanza
cubriendo
el desengaño con tu ropa.
Celebré
después lo que llaman “suerte”
aunque
dicen que la gracia no existe,
proseguí
y descorché queriendo verte.
Mas
no lo conseguí porque quisiste
desaparecer
cruel. ¡Como la muerte!
Dejándome
un mensaje que es: ¡Persiste!
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