Logan,
es un hombre divorciado que se atontó hace dos años con Gladys, una
empleada externa de la oficina. Una mujer a su vez separada, con
hijas ya mayores y emancipadas que solo se acuerdan de su madre,
cuando necesitan dinero o aporte.
Gladys
y Logan, se habían atraído y agradado con miradas y requiebros
físicos inconfesables, desde que tropezaron aquella mañana el la
estación de cercanías del ferrocarril. Lugar donde está empleado
Logan Smith, como interventor de la compañía.
Siendo
una cuestión imperativa de acercamiento, a la mínima oportunidad;
de un abordaje controlado en cuanto que alguno de los dos, rompiera
la lanza del ataque.
Gladys
descaradamente le hacía ojitos a Logan con la intención de ligarlo
para ella y, poderlo retener sin condiciones bajo su techo, sexo y
caprichos.
Le
sugestionaba su personalidad, aquel perfil de busca vidas
desconcertante, sin que él mismo comprendiera que lo poseía desde
su raíz y, eso a Gladys le enamoraba y ponía.
Hacía
tiempo que se atraían en la distancia y al final después de mucho
pensarlo y rompiendo aquella tranquilidad que tenia Logan, desde que
consiguió el divorcio de su ex-mujer, accedió a dejarse querer por
la exuberante mujer no tan madura, como algunos amigos creían,
siendo de todas formas, diez años mayor.
Comenzando
unas relaciones serias, con sus restricciones y sus reglas de
comportamiento.
El
inicio del compromiso real, nació una tarde de hace dos veranos,
cuando el señor Smith ya iniciaba la marcha de la oficina y se
apuraba en recoger los documentos de su mesa, al finalizar su
jornada.
Aquella
atrevida súper mujer, viendo que Logan no se decidía, fue la que
comenzó con las guerrillas para intentar acercarse a él, y no
encontró mejor momento que aquel instante, despistado de Logan y
aprovechando sin que fuera casualidad, entró en la oficina
de aquel hombre maduro.
Fue
cuando Gladys sin más exordio accedió al despacho, sin recato y sin
la vergüenza irreal, que acompaña muchas veces a según que
señoras, cuando pretenden satisfacer sus sueños personales y sin
ataduras le abordó.
__
Tienes para mucho, porque de ser poco__ se explayó la empleada__, me
espero contigo y hago la limpieza de tu zona, para que mañana lo
tengas dispuesto y limpio.
Logan
al no esperar aquella impronta reaccionó de forma torpe y
balbuceando y prieto por la emoción repentina le hizo una señal
para que entrara y se acomodara.
El
uniforme de trabajo de Gladys, estaba algo desabotonado, una bata
verdosa, con un escote muy dimensionado hacía, que sufriera el
tejido y se viera la tirantez que soportaba por los pechos de aquella
mujer saludable y valiente.
Contemplándose
la única prenda que le abrazaba el cuerpo. Un mini viso negro
calado, que portaba en lugar de las clásicas y transparentes prendas
intimas y la zamarra profesional.
Gladys
desempeñaba su profesión como asistenta en una firma subcontratada
por los ferrocarriles y además era la designada para realizar el
mantenimiento de aquellas instalaciones, pero bien parecía fuera una
de las propietarias de su negocio, por la buena planta que portaba y
por el donaire, con que vivía su cotidianidad, añadiendo además,
su fenomenal cuerpo macizo.
__
No te vayas…. ¡no! __ Aceptó la presencia Logan, encantado__,
puedes entrar y si quieres puedes empezar. En este instante ya me
iba y no volveré hasta mañana.
Espera
unos segundos aquí mismo, y reponte; cuando salga, puedes comenzar
tu labor, si es lo que decides.
Se
miraron furtivamente los dos, y ambos atraídos fuertemente
pretendían que fuera el contrario, el que comenzara con los gestos
de apareamiento, la aparición del flirteo y del entusiasmo.
Llevaban
tiempo gustándose, estudiándose y fijando en detalles físicos para
convencerse definitivamente, que podía nacer una atracción real, y
aquella tarde parecía iba a ser el punto de inflexión definitivo.
Después
de unos segundos de suspensión, en una acción de miradas profundas
de deseo, recuperaron sus respectivas respiraciones y ella con más
tono, valentía y rearme que él le comentó.
__
Si te va mal, vuelvo en otro instante__ dijo Gladys no queriendo en
absoluto, que la echara de aquel reservado, de donde estaba, justo en
el quicio de la mesa, mostrándole parte de la rodilla y el muslo,
que le sobresalía del uniforme de empresa.
__
Yo hasta las ocho tengo el tiempo del mundo__ Le informó
descaradamente para que supiera a que hora podía contar con ella__
¡Bueno tampoco es vital… ¡perdona!, puedo volver mas tarde __
dijo Gladys, mirándole a los ojos descaradamente y reconfortándose
con el declive de su mirada, en un paseo de prolongación por el
torso del hombre, que a su vez miraba aquella pernera que se dibujaba
desde el tobillo hasta casi la ingle de la señora.
__
Por cierto veo que me miras sin pudor, y eso me gusta y me da pie a
preguntarte, si esperas algo de mi__ interrogó Logan, con un
atrevimiento fuera de lugar y sin saber de donde le nacía aquel
valor y que era; lo que había preguntado.
De
inmediato se disparó en él, un comienzo facial de tics vergonzosos,
que de vez en cuando le sobrevenía a su perfil de vergonzoso
impenitente.
Gladys,
experimentada en cien batallas, sin ponerse nerviosa y sin perder la
compostura, quiso pensar en dos segundos que le debía contestar al
que desde ahora, sería su hombre.
__
Ya que lo preguntas te diré, que espero de ti, que me invites a
cenar, a bailar y a que después de disfrutar del comienzo de la
noche, surja si procede, aquello que los dos necesitemos. Sin
apariencias, sin mentiras y sin explicaciones y como veo, que tu te
lo piensas mucho, yo me ofrezco a facilitar ese momentazo que los
hombres teméis tanto. Como es decirle a una mujer; me gustas, o
bésame ahora__ hizo un descanso, provocándole y continuó
exponiendo.
__
Para no entrar en otros terrenos más complejos, que igual si te los
nombro, te avergüenzas y crees que soy una buscona barata.
Aquella
tarde fue cuando comenzó el idilio sin frenos ni parapetos. Llevando
un par de años en su experiencia fenomenal y cada uno trabajando en
lo suyo. Existiendo una relación magnifica y un derroche de lo mejor
de cada uno de ellos.
Vivían
en casa de Gladys, por ser más amplia y moderna y además quedar más
en el centro de la ciudad.
El
domicilio de Logan, estaba cerrado y él de vez en cuando pasaba para
hacer el mantenimiento y no dejar que le ganara el abandono al
pequeño y coqueto apartamento de la zona centro. Donde había
residido durante su periodo de solitud.
Todo
estaba en su sitio, compartiendo absolutamente. Cada uno en sus
funciones profesionales y disfrutando de la vida como seres naturales
y educados.
Gladys
seguía trabajando en la empresa de servicios de limpieza y era la
que llevaba turnos alternos y en algún momento del mes, no
coincidían en todas las horas, por tener ella, horarios de trabajo
rotativos. Logan continuaba con su empleo en los ferrocarriles de
cercanías y era invariable su cometido y servicio. Así que cuando
se terciaba y mientras ella, trabajaba o se dedicaba a la casa, él
se encargaba de la compra, de la colada, del planchado y del pequeño
jardín que daba tantas ilusiones, con unas vistas preciosas por el
verdor, situado a la entrada de aquella casa privilegiada.
Como
es preceptivo y natural, en esta vida, la total felicidad nunca dura
para siempre, aquella noche de noviembre, una llamada a horas
intempestivas, les sacó del sueño.
Una
de las hijas de Gladys, la menor había sido maltratada por su pareja
y alertaba a su madre , por si se enteraba por los periódicos
locales. Ella estaba perfectamente bien. La única salvedad era que
había roto con George; el último novio.
__
Mamá, estoy muy afectada, por todo lo que nos ha pasado a mi y a
George, lo dejamos correr para siempre, no nos soportamos para nada y
no puedo seguir viviendo con él. Rogaría que me dejaras habitar en
tu casa, hasta que enmiendo mi situación y abandona el piso que
compartimos.
__
Nathaly no son horas para que pueda pensar con claridad__ Interrumpió
la retahíla de su hija de forma brusca, demostrándole a ella, que
debía resolver sus problemas sola, sin contar con terceros
__
yo ahora sabes que convivo con mi pareja, Logan y a esta casa no
deberías venir.
Sentenció
con severidad, pero sin convencimiento __Tu siempre vas a la tuya, y
no tenemos porque aguantarte mas allá del régimen de visitas__
matizando bruscamente.
__
Cuando las cosas te funcionan te olvidas de la familia y me parece
estupendo. Ahora estoy en cama y no pretendo desvelarme con tus
deseos. Llámame mañana y veremos que es lo que decidimos Logan y
yo,… y te cuento.
__
Pues vaya sufrimiento que tiene mi madre hacia mi__ dijo Nathaly
despreciativa, queriendo herir el alma de su madre en un tono poco
educado, el mismo que poco antes usó Gladys con ella.
__
No es eso Nathaly, hija mía. Son muchas cosas, que debes entender.
Llama mañana que tendrás una respuesta, ahora me niego a que rompas
nuestra noche de descanso.
Quedó
perpleja Gladys, bastante preocupada sin querer alarmarse de momento,
por algo que ya no tenía solución. Otro error de su niña, otro lío
de su pequeña y conociéndola, comenzó a temerse lo peor.
Salió
de la habitación desnuda, para ir a fumar al balconcillo que está
al fondo de la estancia contigua. Sin importarle que la pudieran ver
en cueros desde la avenida mientras pensaba y se deleitaba ya con un
segundo pitillo sin nicotina, que prácticamente consumió en media
docena de caladas.
Logan
se precipitó de la cama al ver que ella tardaba, salió en su busca
y la contempló desde aquella oscuridad, a contra luz, dibujándose
todo el perfil desnudo de la hembra, que por el reflejo de la luna
contra el ventanal, delimitaba las curvas de aquel cuerpo sin
trampas.
Observando
su melena femenina despeinada, en cascada sobre la espalda y
mezclándose con el dibujo que deja el humo grisáceo del tabaco que
respiraba.
La
estampa de un cabello que casi no reconocía, por llevar normalmente
la melena, domada en un moño que se sujetaba en la nuca.
Desnuda,
de espaldas apoyada en la baranda de la balaustrada, como esperando
ser atacada dulcemente por el espinazo de un instante a otro,
confiaba Gladys elucubrando un mal sueño.
__
Esperabas que viniera ¿verdad? __ preguntó Logan, preocupado y a la
vez excitado por aquella nocturnidad tan poco alevosa, colocando su
mano izquierda entre las nalgas de Gladys
__
¿Has oído la conversación? La has advertido, has prestado atención
de quien era y que es lo que le dije.
__¡Sí!;
no he podido evitar el no atender, en el silencio de la noche y en el
plan que te has puesto con tu hija. Por ello, te traigo un posible
antídoto que igual rechazas.
__
¿De qué; contraveneno se trata?, que noto por el tono de tu voz y,
por el bulto agradable que golpea entre mis posaderas. Lo aceptaré
sin paliativos. Contigo dentro, penetrados hasta el fondo y sentirte
profundamente muy fiero.
Se
zurcieron, remendaron y cosieron en un solo cuerpo, sin fisuras, sin
rendijas, con jadeos espectaculares que desadormecían a los gatos de
la calle. En una actuación sexual, brutal y sin precedentes, que les
llevó a yacer en el suelo de la amplia terraza, a la intemperie de
la noche otoñal.
Cuando
acabaron con el duelo sexual y abandonaron la gozosa batida, quedaron
absortos apoyados entre las rendijas del barandal, mirando entre los
barrotes, aquel paseo vacío de gente, por lo intempestivo del
horario en la madrugada. Advirtiendo Logan, la voz de Gladys que le
prevenía.
__
No la conoces, el problema en verdad, será para ti__ Asentó la
mujer en consejo para que lo supiera su compañero. Es muy descarada
y busca líos donde no los hay__ sentenció apenada.
__
Bien se parece a su padre, mi ex-marido __ De verdad, que le temo y
es mi hija, pero no merece ninguna confianza, por eso le dije, que le
daría respuesta a lo largo del día.
Habían
pasado dos semanas, desde que Nathaly ocupaba la casa de la madre
como invitada, y a parte de la dejadez que tenía para con el
ordenamiento y limpieza de aquel domicilio, todo marchaba más o
menos dentro de un compás.
Gladys
por turno, cambió el horario de trabajo, teniendo que entrar durante
los próximos quince días en el horario nocturno. Desde las once de
la noche a las siete de la mañana siguiente. Con lo cual, después
de cenar se despedía de su hija y de su compañero y se marchaba a
cumplir con su tarea.
Aquel
miércoles de madrugada, Logan se despertó por unos ruidos anómalos
dentro de la habitación matrimonial, sin saber a que obedecía
aquella barahúnda, aquel galimatías y prendió la luz de la perilla
del cabecero de la cama.
Encontrándose
a Nathaly completamente desnuda frente a él, intentando colocarse
dentro del camastro, para tirarse al compañero de Gladys, sin
consideración, a su madre, y a él mismo.
__
¡Que pretendes Nathaly!__ Sal de esta habitación de inmediato,
¡podría ser tu padre!
__
¡Te doy miedo! No serás otro zorritonto cobarde y poco práctico,
que solo juzga en las repercusiones posteriores, ¿sin disfrutar del
momento presentado?
Piensa,
que estoy mucho mejor que mi madre, soy mas joven y puedo follarte
con más alegría que ella misma, no quedarás defraudado de mi,
¡Anda acuéstate a mi lado! Que te voy a llevar al mundo de las
ilusiones en un instante. No tiene por qué enterarse la vieja,
cuando llegue ya estarás fogueado y reposando.
__
¡No me das miedo, ni me das nada, en todo caso pena! __ Conminó
Logan, con cierto desasosiego sin querer atender a los tocamientos
que ella procuraba.
__
Sal de este recinto antes de que llegue Gladys. __ le gritó con asco
Logan__ ¿Sabes que puedes buscarme la ruina con tu puta decisión?
Sin haber tenido nada que ver__ Apeló Logan, apartándose del
camastro y tapándose con un batín, para seguir advirtiéndole sin
gracia
__
Eres un zorrón ¡Tu madre me advirtió! No le hice caso, al
contrario, le dije que te diera cobijo mientras arreglabas tu vida
indecente. Me marcho ahora mismo y te las arreglas con ella, pero a
mí no me compliques.
__
¿¡Eres un estúpido, quizás!? ¿Te vas a perder un postre que te
regalan?, ¡eres imbécil! O es que vas sobrado con los meneos de mi
mamá.
Antes
de que pudiera contestar con agresividad Logan, se escuchó la voz de
Gladys que volvió del trabajo presagiando aquella escena, sabiendo
que debía actuar ¡Ya!, y con urgencia, imaginando la maldad de su
propia hija.
Se
abrió la puerta de la alcoba, y Gladys sacó a Nathaly arrastrándola
del cabello sin contemplaciones.
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