domingo, 10 de septiembre de 2017

Interruptus carnal



Logan, es un hombre divorciado que se atontó hace dos años con Gladys, una empleada externa de la oficina. Una mujer a su vez separada, con hijas ya mayores y emancipadas que solo se acuerdan de su madre, cuando necesitan dinero o aporte.
Gladys y Logan, se habían atraído y agradado con miradas y requiebros físicos inconfesables, desde que tropezaron aquella mañana el la estación de cercanías del ferrocarril. Lugar donde está empleado Logan Smith, como interventor de la compañía.
Siendo una cuestión imperativa de acercamiento, a la mínima oportunidad; de un abordaje controlado en cuanto que alguno de los dos, rompiera la lanza del ataque.
Gladys descaradamente le hacía ojitos a Logan con la intención de ligarlo para ella y, poderlo retener sin condiciones bajo su techo, sexo y caprichos.
Le sugestionaba su personalidad, aquel perfil de busca vidas desconcertante, sin que él mismo comprendiera que lo poseía desde su raíz y, eso a Gladys le enamoraba y ponía.
Hacía tiempo que se atraían en la distancia y al final después de mucho pensarlo y rompiendo aquella tranquilidad que tenia Logan, desde que consiguió el divorcio de su ex-mujer, accedió a dejarse querer por la exuberante mujer no tan madura, como algunos amigos creían, siendo de todas formas, diez años mayor.
Comenzando unas relaciones serias, con sus restricciones y sus reglas de comportamiento.
El inicio del compromiso real, nació una tarde de hace dos veranos, cuando el señor Smith ya iniciaba la marcha de la oficina y se apuraba en recoger los documentos de su mesa, al finalizar su jornada.
Aquella atrevida súper mujer, viendo que Logan no se decidía, fue la que comenzó con las guerrillas para intentar acercarse a él, y no encontró mejor momento que aquel instante, despistado de Logan y aprovechando sin que fuera casualidad, entró en la oficina de aquel hombre maduro.
Fue cuando Gladys sin más exordio accedió al despacho, sin recato y sin la vergüenza irreal, que acompaña muchas veces a según que señoras, cuando pretenden satisfacer sus sueños personales y sin ataduras le abordó.
__ Tienes para mucho, porque de ser poco__ se explayó la empleada__, me espero contigo y hago la limpieza de tu zona, para que mañana lo tengas dispuesto y limpio.
Logan al no esperar aquella impronta reaccionó de forma torpe y balbuceando y prieto por la emoción repentina le hizo una señal para que entrara y se acomodara.
El uniforme de trabajo de Gladys, estaba algo desabotonado, una bata verdosa, con un escote muy dimensionado hacía, que sufriera el tejido y se viera la tirantez que soportaba por los pechos de aquella mujer saludable y valiente.
Contemplándose la única prenda que le abrazaba el cuerpo. Un mini viso negro calado, que portaba en lugar de las clásicas y transparentes prendas intimas y la zamarra profesional.
Gladys desempeñaba su profesión como asistenta en una firma subcontratada por los ferrocarriles y además era la designada para realizar el mantenimiento de aquellas instalaciones, pero bien parecía fuera una de las propietarias de su negocio, por la buena planta que portaba y por el donaire, con que vivía su cotidianidad, añadiendo además, su fenomenal cuerpo macizo.
__ No te vayas…. ¡no! __ Aceptó la presencia Logan, encantado__, puedes entrar y si quieres puedes empezar. En este instante ya me iba y no volveré hasta mañana.
Espera unos segundos aquí mismo, y reponte; cuando salga, puedes comenzar tu labor, si es lo que decides.
Se miraron furtivamente los dos, y ambos atraídos fuertemente pretendían que fuera el contrario, el que comenzara con los gestos de apareamiento, la aparición del flirteo y del entusiasmo.
Llevaban tiempo gustándose, estudiándose y fijando en detalles físicos para convencerse definitivamente, que podía nacer una atracción real, y aquella tarde parecía iba a ser el punto de inflexión definitivo.
Después de unos segundos de suspensión, en una acción de miradas profundas de deseo, recuperaron sus respectivas respiraciones y ella con más tono, valentía y rearme que él le comentó.
__ Si te va mal, vuelvo en otro instante__ dijo Gladys no queriendo en absoluto, que la echara de aquel reservado, de donde estaba, justo en el quicio de la mesa, mostrándole parte de la rodilla y el muslo, que le sobresalía del uniforme de empresa.
__ Yo hasta las ocho tengo el tiempo del mundo__ Le informó descaradamente para que supiera a que hora podía contar con ella__ ¡Bueno tampoco es vital… ¡perdona!, puedo volver mas tarde __ dijo Gladys, mirándole a los ojos descaradamente y reconfortándose con el declive de su mirada, en un paseo de prolongación por el torso del hombre, que a su vez miraba aquella pernera que se dibujaba desde el tobillo hasta casi la ingle de la señora.
__ Por cierto veo que me miras sin pudor, y eso me gusta y me da pie a preguntarte, si esperas algo de mi__ interrogó Logan, con un atrevimiento fuera de lugar y sin saber de donde le nacía aquel valor y que era; lo que había preguntado.
De inmediato se disparó en él, un comienzo facial de tics vergonzosos, que de vez en cuando le sobrevenía a su perfil de vergonzoso impenitente.
Gladys, experimentada en cien batallas, sin ponerse nerviosa y sin perder la compostura, quiso pensar en dos segundos que le debía contestar al que desde ahora, sería su hombre.
__ Ya que lo preguntas te diré, que espero de ti, que me invites a cenar, a bailar y a que después de disfrutar del comienzo de la noche, surja si procede, aquello que los dos necesitemos. Sin apariencias, sin mentiras y sin explicaciones y como veo, que tu te lo piensas mucho, yo me ofrezco a facilitar ese momentazo que los hombres teméis tanto. Como es decirle a una mujer; me gustas, o bésame ahora__ hizo un descanso, provocándole y continuó exponiendo.
__ Para no entrar en otros terrenos más complejos, que igual si te los nombro, te avergüenzas y crees que soy una buscona barata.

Aquella tarde fue cuando comenzó el idilio sin frenos ni parapetos. Llevando un par de años en su experiencia fenomenal y cada uno trabajando en lo suyo. Existiendo una relación magnifica y un derroche de lo mejor de cada uno de ellos.
Vivían en casa de Gladys, por ser más amplia y moderna y además quedar más en el centro de la ciudad.
El domicilio de Logan, estaba cerrado y él de vez en cuando pasaba para hacer el mantenimiento y no dejar que le ganara el abandono al pequeño y coqueto apartamento de la zona centro. Donde había residido durante su periodo de solitud.
Todo estaba en su sitio, compartiendo absolutamente. Cada uno en sus funciones profesionales y disfrutando de la vida como seres naturales y educados.
Gladys seguía trabajando en la empresa de servicios de limpieza y era la que llevaba turnos alternos y en algún momento del mes, no coincidían en todas las horas, por tener ella, horarios de trabajo rotativos. Logan continuaba con su empleo en los ferrocarriles de cercanías y era invariable su cometido y servicio. Así que cuando se terciaba y mientras ella, trabajaba o se dedicaba a la casa, él se encargaba de la compra, de la colada, del planchado y del pequeño jardín que daba tantas ilusiones, con unas vistas preciosas por el verdor, situado a la entrada de aquella casa privilegiada.

Como es preceptivo y natural, en esta vida, la total felicidad nunca dura para siempre, aquella noche de noviembre, una llamada a horas intempestivas, les sacó del sueño.
Una de las hijas de Gladys, la menor había sido maltratada por su pareja y alertaba a su madre , por si se enteraba por los periódicos locales. Ella estaba perfectamente bien. La única salvedad era que había roto con George; el último novio.
__ Mamá, estoy muy afectada, por todo lo que nos ha pasado a mi y a George, lo dejamos correr para siempre, no nos soportamos para nada y no puedo seguir viviendo con él. Rogaría que me dejaras habitar en tu casa, hasta que enmiendo mi situación y abandona el piso que compartimos.
__ Nathaly no son horas para que pueda pensar con claridad__ Interrumpió la retahíla de su hija de forma brusca, demostrándole a ella, que debía resolver sus problemas sola, sin contar con terceros
__ yo ahora sabes que convivo con mi pareja, Logan y a esta casa no deberías venir.
Sentenció con severidad, pero sin convencimiento __Tu siempre vas a la tuya, y no tenemos porque aguantarte mas allá del régimen de visitas__ matizando bruscamente.
__ Cuando las cosas te funcionan te olvidas de la familia y me parece estupendo. Ahora estoy en cama y no pretendo desvelarme con tus deseos. Llámame mañana y veremos que es lo que decidimos Logan y yo,… y te cuento.
__ Pues vaya sufrimiento que tiene mi madre hacia mi__ dijo Nathaly despreciativa, queriendo herir el alma de su madre en un tono poco educado, el mismo que poco antes usó Gladys con ella.
__ No es eso Nathaly, hija mía. Son muchas cosas, que debes entender. Llama mañana que tendrás una respuesta, ahora me niego a que rompas nuestra noche de descanso.
Quedó perpleja Gladys, bastante preocupada sin querer alarmarse de momento, por algo que ya no tenía solución. Otro error de su niña, otro lío de su pequeña y conociéndola, comenzó a temerse lo peor.
Salió de la habitación desnuda, para ir a fumar al balconcillo que está al fondo de la estancia contigua. Sin importarle que la pudieran ver en cueros desde la avenida mientras pensaba y se deleitaba ya con un segundo pitillo sin nicotina, que prácticamente consumió en media docena de caladas.
Logan se precipitó de la cama al ver que ella tardaba, salió en su busca y la contempló desde aquella oscuridad, a contra luz, dibujándose todo el perfil desnudo de la hembra, que por el reflejo de la luna contra el ventanal, delimitaba las curvas de aquel cuerpo sin trampas.
Observando su melena femenina despeinada, en cascada sobre la espalda y mezclándose con el dibujo que deja el humo grisáceo del tabaco que respiraba.
La estampa de un cabello que casi no reconocía, por llevar normalmente la melena, domada en un moño que se sujetaba en la nuca.
Desnuda, de espaldas apoyada en la baranda de la balaustrada, como esperando ser atacada dulcemente por el espinazo de un instante a otro, confiaba Gladys elucubrando un mal sueño.
__ Esperabas que viniera ¿verdad? __ preguntó Logan, preocupado y a la vez excitado por aquella nocturnidad tan poco alevosa, colocando su mano izquierda entre las nalgas de Gladys
__ ¿Has oído la conversación? La has advertido, has prestado atención de quien era y que es lo que le dije.
__¡Sí!; no he podido evitar el no atender, en el silencio de la noche y en el plan que te has puesto con tu hija. Por ello, te traigo un posible antídoto que igual rechazas.
__ ¿De qué; contraveneno se trata?, que noto por el tono de tu voz y, por el bulto agradable que golpea entre mis posaderas. Lo aceptaré sin paliativos. Contigo dentro, penetrados hasta el fondo y sentirte profundamente muy fiero.
Se zurcieron, remendaron y cosieron en un solo cuerpo, sin fisuras, sin rendijas, con jadeos espectaculares que desadormecían a los gatos de la calle. En una actuación sexual, brutal y sin precedentes, que les llevó a yacer en el suelo de la amplia terraza, a la intemperie de la noche otoñal.
Cuando acabaron con el duelo sexual y abandonaron la gozosa batida, quedaron absortos apoyados entre las rendijas del barandal, mirando entre los barrotes, aquel paseo vacío de gente, por lo intempestivo del horario en la madrugada. Advirtiendo Logan, la voz de Gladys que le prevenía.
__ No la conoces, el problema en verdad, será para ti__ Asentó la mujer en consejo para que lo supiera su compañero. Es muy descarada y busca líos donde no los hay__ sentenció apenada.
__ Bien se parece a su padre, mi ex-marido __ De verdad, que le temo y es mi hija, pero no merece ninguna confianza, por eso le dije, que le daría respuesta a lo largo del día.

Habían pasado dos semanas, desde que Nathaly ocupaba la casa de la madre como invitada, y a parte de la dejadez que tenía para con el ordenamiento y limpieza de aquel domicilio, todo marchaba más o menos dentro de un compás.
Gladys por turno, cambió el horario de trabajo, teniendo que entrar durante los próximos quince días en el horario nocturno. Desde las once de la noche a las siete de la mañana siguiente. Con lo cual, después de cenar se despedía de su hija y de su compañero y se marchaba a cumplir con su tarea.
Aquel miércoles de madrugada, Logan se despertó por unos ruidos anómalos dentro de la habitación matrimonial, sin saber a que obedecía aquella barahúnda, aquel galimatías y prendió la luz de la perilla del cabecero de la cama.
Encontrándose a Nathaly completamente desnuda frente a él, intentando colocarse dentro del camastro, para tirarse al compañero de Gladys, sin consideración, a su madre, y a él mismo.

__ ¡Que pretendes Nathaly!__ Sal de esta habitación de inmediato, ¡podría ser tu padre!
__ ¡Te doy miedo! No serás otro zorritonto cobarde y poco práctico, que solo juzga en las repercusiones posteriores, ¿sin disfrutar del momento presentado?
Piensa, que estoy mucho mejor que mi madre, soy mas joven y puedo follarte con más alegría que ella misma, no quedarás defraudado de mi, ¡Anda acuéstate a mi lado! Que te voy a llevar al mundo de las ilusiones en un instante. No tiene por qué enterarse la vieja, cuando llegue ya estarás fogueado y reposando.
__ ¡No me das miedo, ni me das nada, en todo caso pena! __ Conminó Logan, con cierto desasosiego sin querer atender a los tocamientos que ella procuraba.
__ Sal de este recinto antes de que llegue Gladys. __ le gritó con asco Logan__ ¿Sabes que puedes buscarme la ruina con tu puta decisión? Sin haber tenido nada que ver__ Apeló Logan, apartándose del camastro y tapándose con un batín, para seguir advirtiéndole sin gracia
__ Eres un zorrón ¡Tu madre me advirtió! No le hice caso, al contrario, le dije que te diera cobijo mientras arreglabas tu vida indecente. Me marcho ahora mismo y te las arreglas con ella, pero a mí no me compliques.
__ ¿¡Eres un estúpido, quizás!? ¿Te vas a perder un postre que te regalan?, ¡eres imbécil! O es que vas sobrado con los meneos de mi mamá.

Antes de que pudiera contestar con agresividad Logan, se escuchó la voz de Gladys que volvió del trabajo presagiando aquella escena, sabiendo que debía actuar ¡Ya!, y con urgencia, imaginando la maldad de su propia hija.
Se abrió la puerta de la alcoba, y Gladys sacó a Nathaly arrastrándola del cabello sin contemplaciones.













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