De pronto, me
han despertado en mí transitar, con un gran susto mis propios amigos. Desde la
otra acera, me llamaban a golpe de claxon como si se fuera a acabar el mundo, y
me han hecho reaccionar de mis elucubraciones_ pensaba Sony, al tiempo que cruzaba la carretera para
saludarlos sin pizca de gana.
_Te recogemos
en media hora, tenemos rollo en Taboga, recuerdas, tenemos cena y canta Lola Princesa,
¡¿relacionas?! No nos falles ahora_ siguió diciendo Troy_, para dejar el tema
claro desde ya y evitando que Sony pusiera las mismas excusas de siempre
Taboga, es un
antro que está en las Posadas, un picadero existente el cruce de dos carreteras
secundarias. Una que va para Alcañiz y en la otra dirección para Morella.
_Te recogemos
en poco_ volvió a espetar Troy. Arrancando
la marcha de aquel automóvil que detenido estaba esperando su ruta, para
emprenderla una vez se abriera el semáforo que les detenía en la esquina entre
la calle principal y la placita.
Lola Princesa; es una vedette actual con un cuerpazo de generala, además es de este suburbio y se hizo artista a base de lo que suelen ayudarse las coristas que no tienen padrinos y andan intentando triunfar a costa de lo que sea.
Unas, las que
tienen más suerte, aparte de que tengan o no tengan ese talento que Dios les da;
están enchufadas y protegidas por los magnates y empresarios a los que le dan
pleitesía. Sus padrinos.
Otras; a
falta de esa prosperidad regalada, como es el caso de Lola, tienen desparpajo y
garganta para tragar lo que le echen los parroquianos más abyectos sin que les
de apuro, y camelan a los tontos más aturdidos, haciéndoles creer que ellos son
los machos más imponentes de su gallinero.
Lola; fue
hace tiempo una adolescente, que sin duda se le daba bien entonar coplas modernistas
de las grandes figuras del candelero nacional, pero jovencita que era, y sin
posibles, nadie la conocía, pues solo cantaba entre amigos, y en las fiestas de
la llamada “BBC”, o sea, bodas, bautizos y comuniones.
Un día nos
dijo que abandonaba a su novio y se marchaba a trabajar de sirvienta con unos
tíos que tenía en la provincia de Valencia, y como poco se quedó con ellos,
tres o cuatro años.
Todos dejamos
de pensar en ella, ya que no daba señales de vida y el tiempo fue borrando todo
su rastro. Sus amigas del colegio la trataban como si de una puta se tratara,
una cortesana sin prestigio, que hacía películas porno, cuando le era posible y
cuando la contrataban cantaban en el que fue el Teatro Chino de Manolita Chen.
Las pocas
veces que visitaba el pueblo, en espacios muy cortos, era para ver a su madre y
lo hacía de forma escondida para evitar que la gente hablara y siguiera
criticando sus formas y según qué noticias llegaban de donde paraba y donde
actuaba.
Aquella
muchacha anquilosada que conocían, había sufrido un cambio físico a mejor, para
transformarse en lo que era ahora, una mujer felina, dejando una impronta tan
diferente de la que recordaban de ella, que de buenas a primeras, les
sorprendió en la forma como irrumpió en el pueblo y dándose aquel meneo con el acólito
que traía.
Supieron que
era ella, por uno de los carteles que dejan en los mostradores de la librería,
que venía su foto actual y una prima lejana suya les hizo caer en que aquel
nombre y aquella figura tan descocada, correspondía a ella misma aunque ni lo
pareciera.
Lola
Princesa, la mejor actriz del porno moderno. Actúa el viernes, sábado y domingo
en la Posada_. Fijaba el cartel repartido por la villa.
Puntual el
Citroën negro recogió a Sony, en la confluencia de la encrucijada. Todos
saludaron al abrir la puerta delantera, Troy estaba al volante y detrás
viajaban Emanuel y Valery. Sin más recesos el coche enfiló por la carretera,
buscando aquella diversión que todos creían iba a ser fenomenal.
Corrían a ver
actuar y a reírse de la mujer que tantas veces habían despreciado, por no
encontrarla tan atractiva como a otras de su promoción, a la que habían
humillado en sus años verdes, por creer que la hermosura no iba con ella y por
el mero gusto juvenil de mofarse de alguien para tapar sus propias faltas.
Troy el
conductor del Citroën, era el que más interés tenía por ver como cantaba y se
contoneaba Lola, de una forma inconfesa, siempre la había intentado seguir por
donde ella fuera, ya que en su más profundo interior, bebía por ella los
vientos, sabía que en un tiempo la había deseado y soñado, y a pesar de que las noticias de sus
actuaciones y devaneos, no llegaban con fluidez, él se lo había montado a base
de esfuerzos, para saber de ella, con el interés que lleva un ardiente incondicional.
Jamás le
había dicho nada a Lola sobre sus intenciones y en la forma que la amaba,
porque ella, festejaba con Valery, al que dejó abandonado cuando decidió
marchar a Valencia a trabajar como asistenta, y vivir en casa de unos tíos
suyos.
Valery era su
amigo inseparable y el que tantas veces le había pedido consejo sobre y de qué
manera seducir a Lola, como agradarle, para que cayera en sus cuitas,
confesándole a él mismo todas las aventuras que mantenía con ella.
_ Ya me dirás que recuerdos te traerá,
cuando la veas encima del escenario dibujando esas siluetas tan sexuales, con tíos
que ni conoce_ preguntó de buenas a primeras Emanuel a Valery.
_ Desnuda quieres decir. Son tiempos
pasados, no he vuelto a pensar en ella, desde que me dejó sin motivos
aparentes, aunque creo que Lola, amaba a un desconocido. Estaba prendada por alguien
del pueblo, que jamás se atrevió a confesar su deseo por él y creo que ese
podría ser el verdadero motivo por el que se marchó. Me puso una excusa, sin
embargo yo tenía ciertas dudas en cuanto a ella y eso ya es agua pasada.
Emanuel, era
un tipo peligroso, que quería hacerse el simpático, el que ponía siempre la chicha
en el astil cuando de fiesta se trataba, el más bebedor y el más cínico de los
cuatro, ya lo habían condenado en alguna ocasión por malos tratos, detalle ínfimo
según él, que lo llevó a presidio sin reproche. Su propia familia lo abandonó en
la oscuridad, dejándole en lo que a él le encantaba, el vicio y el mujerío sin
consecuencias y el que imaginaba calenturientamente que Valery podría sacar
tajada de la situación_: podrías camelarla y sacarle todo el provecho posible,
además de recordar aquellos revolcones que os dabais, en el tratero de su casa.
No deja de estar más buena que antes, según la foto que he visto en casa
Indalecio el librero. Una vez consigas lo que quieres, la dejas tú y te cobras
la putada que te hizo.
_ No te equivoques a mí, no me hizo
ninguna putada_ dijo Valery_ las cosas son como son y que puedes hacer de una
tía que no te quiere, pues mejor que te deje en paz y no te haga sufrir ¡No
crees!
Sony no había
abierto la boca, es más no le importaba todo lo que hablaban sus colegas,
siempre había considerado que eran unos tíos poco honrados y nada de fiar, ya
que les había visto tantas veces en renuncios, que no podía poner las manos en
el fuego por ninguno de ellos. Les consideraba enfermos mentales. Algo
imaginaba sobre los sueños de Troy, por Lola, ya que en su consulta, como
paciente, le había confesado a su psicólogo Sony Mensure, que había una mujer
que le quitaba el alma por las noches, y que jamás la haría suya. Por ello,
Sony en aquel momento, descubrió sin que nadie lo delatara, la responsable de
los miedos del amigo Troy, quien era aquella dama, que le abstraía y el motivo
de todos sus desequilibrios
Fue Sony, el
que derivó la conversación hacia otro linde, intentando conseguir juzgaran a
Lola como artista y dejasen al margen las historias que con ella podían haber
imaginado. Que la disfrutaran desde el escenario y que dejaran de mascullar
nada que pudiese perjudicar aquella salida.
_ A ver si vas a ser tu amigo Sony,
el puto amante de Lola, el culpable del abandono de Valery, que se quedó sin
pelo del disgusto descompuesto y sin novia_ adelantó con desagrado Emanuel,
riendo y precipitando una respuesta inmediata.
_ Alto, ya está bien, de
suposiciones_ dijo Troy_, mientras Valery le daba la razón a aquellas palabras,
sin dejar que Sony contestara a Emanuel. Hemos venido a ver a Lola Princesa,
como canta, como baila y como lo que sea. Dejemos las cosas como están, que ya
hemos llegado al Posadas y quiero una fiesta en paz. ¿Os parece?
El
espectáculo comenzó y Princesa salió al escenario tras una presentación de poco
menos que de la reina de la noche. Su actuación estaba medida, y muy ensayada,
la gente abarrotaba la sala, todos ellos vecinos, conocidos, y amigos en alguno
de los casos incluso amantes disimulados no confesos
Ellas, las
amigas, encubiertas para verla de cerca y poder reprochar, aunque la vieran
bella y esbelta, a pesar de los estiramientos de piel, nada seria para sus
amigas de la escuela, motivo para ensalzarla, para reconocerle la valía y para aplaudirle.
¿Quizás les faltó al respeto por marcharse del pueblo, porque quería llegar, a
ser feliz?
Lola salió y
cantó como las vírgenes, buena voz, armonía, dulzura y encanto. Todos estaban
bajo los influjos de una onda melodiosa, cálida y estremecedora, entonando y
con un dejo preciso, una actuación de bandera.
Las
bailarinas que llevaba el cuadro de su espectáculo, si eran las que con poca
ropa se escurrían por entre y a lo largo del escenario, con imágenes burlescas
y estampas excéntricas, que a veces llegaban a tocar lo pornográfico.
La gente, el
público pedía más, quería ver escenificado la propia vida de la actuante
delante de las bambalinas, en crudo, a lo vivo, intentando divisar la clase de
vida que Lola Princesa llevaba, o había llevado.
No podía ser
aquello de tanto bombo sobre Lola y ahora que la tenemos delante y la podemos
casi tocar, que salga indemne de esta merienda de negros. Alguna grieta tendrá
esta ramera_ decían los conocidos, envidiosos y perversos _ que tan bien se ha
ganado la vida y que ahora consigue el éxito en una sala de fiestas cercana a
su pueblo.
_ No podemos
permitir que esta mujer sea profeta en su tierra, hemos de desbancarla del
éxito y disfrutar de su declive_. Necesitaban y rogaban entre dientes sus
propios vecinos. Resentidos de la clase de artista que era su conocida, que ahí
frente a ellos mostraba sin ninguna clase de varita mágica su arte.
_ Esa voz que
es maravillosa, de donde sale_. Preguntaban otros, que sufrían con aquel
espectáculo digno y sencillo, que levantó a la mayoría de los buenos
aficionados y los verdaderos espectadores
_ Está bien que se llame de apellido o que lleve
el nombre artístico de: Princesa, y que además lo parezca_ Acabaron gritando
algunos desaforados.
En aquel
preciso instante Roberto, su hijo llegó al final del libro que estaba leyendo
sobre la vida de su madre, la que fue: Lola la Picotera. Más conocida en su
pueblo por Dolores Princesa, y se quedó petrificado por el final que le
esperaba y como le llegó a pagar la vida.
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