sábado, 8 de agosto de 2015

Lola, desnuda y en cueros


De pronto, me han despertado en mí transitar, con un gran susto mis propios amigos. Desde la otra acera, me llamaban a golpe de claxon como si se fuera a acabar el mundo, y me han hecho reaccionar de mis elucubraciones_ pensaba  Sony, al tiempo que cruzaba la carretera para saludarlos sin pizca de gana.
_Te recogemos en media hora, tenemos rollo en Taboga,  recuerdas, tenemos cena y canta Lola Princesa, ¡¿relacionas?! No nos falles ahora_ siguió diciendo Troy_, para dejar el tema claro desde ya y evitando que Sony pusiera las mismas excusas de siempre
Taboga, es un antro que está en las Posadas, un picadero existente el cruce de dos carreteras secundarias. Una que va para Alcañiz y en la otra dirección para Morella.
_Te recogemos en poco_  volvió a espetar Troy. Arrancando la marcha de aquel automóvil que detenido estaba esperando su ruta, para emprenderla una vez se abriera el semáforo que les detenía en la esquina entre la calle principal y la placita.

Lola Princesa; es una vedette actual con un cuerpazo de generala, además es de este suburbio y se hizo artista a base de lo que suelen ayudarse las coristas que no tienen padrinos y andan intentando triunfar a costa de lo que sea.
Unas, las que tienen más suerte, aparte de que tengan o no tengan ese talento que Dios les da; están enchufadas y protegidas por los magnates y empresarios a los que le dan pleitesía. Sus padrinos.
Otras; a falta de esa prosperidad regalada, como es el caso de Lola, tienen desparpajo y garganta para tragar lo que le echen los parroquianos más abyectos sin que les de apuro, y camelan a los tontos más aturdidos, haciéndoles creer que ellos son los machos más imponentes de su gallinero.

Lola;  fue hace tiempo una adolescente, que sin duda se le daba bien entonar coplas modernistas de las grandes figuras del candelero nacional, pero jovencita que era, y sin posibles, nadie la conocía, pues solo cantaba entre amigos, y en las fiestas de la llamada “BBC”, o sea, bodas, bautizos y comuniones.
Un día nos dijo que abandonaba a su novio y se marchaba a trabajar de sirvienta con unos tíos que tenía en la provincia de Valencia, y como poco se quedó con ellos, tres o cuatro años.
Todos dejamos de pensar en ella, ya que no daba señales de vida y el tiempo fue borrando todo su rastro. Sus amigas del colegio la trataban como si de una puta se tratara, una cortesana sin prestigio, que hacía películas porno, cuando le era posible y cuando la contrataban cantaban en el que fue el Teatro Chino de Manolita Chen.
Las pocas veces que visitaba el pueblo, en espacios muy cortos, era para ver a su madre y lo hacía de forma escondida para evitar que la gente hablara y siguiera criticando sus formas y según qué noticias llegaban de donde paraba y donde actuaba.

Aquella muchacha anquilosada que conocían, había sufrido un cambio físico a mejor, para transformarse en lo que era ahora, una mujer felina, dejando una impronta tan diferente de la que recordaban de ella, que de buenas a primeras, les sorprendió en la forma como irrumpió en el pueblo y dándose aquel meneo con el acólito que traía.

Supieron que era ella, por uno de los carteles que dejan en los mostradores de la librería, que venía su foto actual y una prima lejana suya les hizo caer en que aquel nombre y aquella figura tan descocada, correspondía a ella misma aunque ni lo pareciera.
Lola Princesa, la mejor actriz del porno moderno. Actúa el viernes, sábado y domingo en la Posada_. Fijaba el cartel repartido por la villa.

Puntual el Citroën negro recogió a Sony, en la confluencia de la encrucijada. Todos saludaron al abrir la puerta delantera, Troy estaba al volante y detrás viajaban Emanuel y Valery. Sin más recesos el coche enfiló por la carretera, buscando aquella diversión que todos creían iba a ser fenomenal.
Corrían a ver actuar y a reírse de la mujer que tantas veces habían despreciado, por no encontrarla tan atractiva como a otras de su promoción, a la que habían humillado en sus años verdes, por creer que la hermosura no iba con ella y por el mero gusto juvenil de mofarse de alguien para tapar sus propias faltas.

Troy el conductor del Citroën, era el que más interés tenía por ver como cantaba y se contoneaba Lola, de una forma inconfesa, siempre la había intentado seguir por donde ella fuera, ya que en su más profundo interior, bebía por ella los vientos, sabía que en un tiempo la había deseado y soñado,  y a pesar de que las noticias de sus actuaciones y devaneos, no llegaban con fluidez, él se lo había montado a base de esfuerzos, para saber de ella, con el interés que lleva un ardiente incondicional.
Jamás le había dicho nada a Lola sobre sus intenciones y en la forma que la amaba, porque ella, festejaba con Valery, al que dejó abandonado cuando decidió marchar a Valencia a trabajar como asistenta, y vivir en casa de unos tíos suyos.
Valery era su amigo inseparable y el que tantas veces le había pedido consejo sobre y de qué manera seducir a Lola, como agradarle, para que cayera en sus cuitas, confesándole a él mismo todas las aventuras que mantenía con ella.
            _ Ya me dirás que recuerdos te traerá, cuando la veas encima del escenario dibujando esas siluetas tan sexuales, con tíos que ni conoce_ preguntó de buenas a primeras Emanuel a Valery.
            _ Desnuda quieres decir. Son tiempos pasados, no he vuelto a pensar en ella, desde que me dejó sin motivos aparentes, aunque creo que Lola, amaba a un desconocido. Estaba prendada por alguien del pueblo, que jamás se atrevió a confesar su deseo por él y creo que ese podría ser el verdadero motivo por el que se marchó. Me puso una excusa, sin embargo yo tenía ciertas dudas en cuanto a ella y eso ya es agua pasada.

Emanuel, era un tipo peligroso, que quería hacerse el simpático, el que ponía siempre la chicha en el astil cuando de fiesta se trataba, el más bebedor y el más cínico de los cuatro, ya lo habían condenado en alguna ocasión por malos tratos, detalle ínfimo según él, que lo llevó a presidio sin reproche. Su propia familia lo abandonó en la oscuridad, dejándole en lo que a él le encantaba, el vicio y el mujerío sin consecuencias y el que imaginaba calenturientamente que Valery podría sacar tajada de la situación_: podrías camelarla y sacarle todo el provecho posible, además de recordar aquellos revolcones que os dabais, en el tratero de su casa. No deja de estar más buena que antes, según la foto que he visto en casa Indalecio el librero. Una vez consigas lo que quieres, la dejas tú y te cobras la putada que te hizo.
            _ No te equivoques a mí, no me hizo ninguna putada_ dijo Valery_ las cosas son como son y que puedes hacer de una tía que no te quiere, pues mejor que te deje en paz y no te haga sufrir ¡No crees!

Sony no había abierto la boca, es más no le importaba todo lo que hablaban sus colegas, siempre había considerado que eran unos tíos poco honrados y nada de fiar, ya que les había visto tantas veces en renuncios, que no podía poner las manos en el fuego por ninguno de ellos. Les consideraba enfermos mentales. Algo imaginaba sobre los sueños de Troy, por Lola, ya que en su consulta, como paciente, le había confesado a su psicólogo Sony Mensure, que había una mujer que le quitaba el alma por las noches, y que jamás la haría suya. Por ello, Sony en aquel momento, descubrió sin que nadie lo delatara, la responsable de los miedos del amigo Troy, quien era aquella dama, que le abstraía y el motivo de todos sus desequilibrios

Fue Sony, el que derivó la conversación hacia otro linde, intentando conseguir juzgaran a Lola como artista y dejasen al margen las historias que con ella podían haber imaginado. Que la disfrutaran desde el escenario y que dejaran de mascullar nada que pudiese perjudicar aquella salida.
            _ A ver si vas a ser tu amigo Sony, el puto amante de Lola, el culpable del abandono de Valery, que se quedó sin pelo del disgusto descompuesto y sin novia_ adelantó con desagrado Emanuel, riendo y precipitando una respuesta inmediata.
            _ Alto, ya está bien, de suposiciones_ dijo Troy_, mientras Valery le daba la razón a aquellas palabras, sin dejar que Sony contestara a Emanuel. Hemos venido a ver a Lola Princesa, como canta, como baila y como lo que sea. Dejemos las cosas como están, que ya hemos llegado al Posadas y quiero una fiesta en paz. ¿Os parece?

El espectáculo comenzó y Princesa salió al escenario tras una presentación de poco menos que de la reina de la noche. Su actuación estaba medida, y muy ensayada, la gente abarrotaba la sala, todos ellos vecinos, conocidos, y amigos en alguno de los casos incluso amantes disimulados no confesos

Ellas, las amigas, encubiertas para verla de cerca y poder reprochar, aunque la vieran bella y esbelta, a pesar de los estiramientos de piel, nada seria para sus amigas de la escuela, motivo para ensalzarla, para reconocerle la valía y para aplaudirle. ¿Quizás les faltó al respeto por marcharse del pueblo, porque quería llegar, a ser feliz?

Lola salió y cantó como las vírgenes, buena voz, armonía, dulzura y encanto. Todos estaban bajo los influjos de una onda melodiosa, cálida y estremecedora, entonando y con un dejo preciso, una actuación de bandera.
Las bailarinas que llevaba el cuadro de su espectáculo, si eran las que con poca ropa se escurrían por entre y a lo largo del escenario, con imágenes burlescas y estampas excéntricas, que a veces llegaban a tocar lo pornográfico.

La gente, el público pedía más, quería ver escenificado la propia vida de la actuante delante de las bambalinas, en crudo, a lo vivo, intentando divisar la clase de vida que Lola Princesa llevaba, o había llevado.
No podía ser aquello de tanto bombo sobre Lola y ahora que la tenemos delante y la podemos casi tocar, que salga indemne de esta merienda de negros. Alguna grieta tendrá esta ramera_ decían los conocidos, envidiosos y perversos _ que tan bien se ha ganado la vida y que ahora consigue el éxito en una sala de fiestas cercana a su pueblo.
_ No podemos permitir que esta mujer sea profeta en su tierra, hemos de desbancarla del éxito y disfrutar de su declive_. Necesitaban y rogaban entre dientes sus propios vecinos. Resentidos de la clase de artista que era su conocida, que ahí frente a ellos mostraba sin ninguna clase de varita mágica su arte.

_ Esa voz que es maravillosa, de donde sale_. Preguntaban otros, que sufrían con aquel espectáculo digno y sencillo, que levantó a la mayoría de los buenos aficionados y los verdaderos espectadores
 _ Está bien que se llame de apellido o que lleve el nombre artístico de: Princesa, y que además lo parezca_ Acabaron gritando algunos desaforados.


En aquel preciso instante Roberto, su hijo llegó al final del libro que estaba leyendo sobre la vida de su madre, la que fue: Lola la Picotera. Más conocida en su pueblo por Dolores Princesa, y se quedó petrificado por el final que le esperaba y como le llegó a pagar la vida.



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