viernes, 26 de diciembre de 2014

Llega el quince





De nuevo otro año más
se marchará como siempre,
a punto esta su final
acostumbrados nos tiene

Comenzó con esperanzas
en los brindis de diciembre,
cuando festejamos todos
y echamos el dos mil trece

Nos ha dejado de todo
incluso  inconvenientes,                        
momentos para guardar
escasos, insuficientes.

Las alegrías se cuentan
por los recuerdos vivientes,
las penas las olvidamos,
prefiero ser inconsciente

Si nos ponemos graciosos
podemos ser insolentes,
recordemos buenos tragos
del año que nos concierne.

Otros prefiero borrar,
desterrarlos de mi mente,
tampoco quiero asustar
¡Ojo que el quince ya viene!

Año catorce se escapa
disfrazado de valiente,
cansado de las mentiras
y de tantos delincuentes.

¿Alegrías invisibles?
Se dieron seguramente,
las decepciones se quedan,
Fijadas, seré prudente.

Alguna hurgó mi alma
todo quedó en mi perenne.
Mi padre se nos marchó
de enfermedad inclemente,

Dejando lágrimas negras,
en un febrero silente.
A todos nos sorprendió
su padecer penitente.

La vida no para aquí
se ha de seguir consecuente,
los años han de seguir
y cada cual diferente.

Por ello pido al destino
aquella expresión de siempre.
El año que viene, sea
un dos mil quince turgente







1 comentarios:

alfmega Marín dijo...

Difícil saber lo que el próximo no traerá como difícil será olvidar lo que nos trajo este aunque cosechemos algo de necesaria inconsciencia..Saludos, Emilio

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