Feliz Navidad
¡ A todos ustedes ! y por supuesto a vosotros que me habéis soportado, con esa amistad inusitada y preciosa.
A todos, los que de un modo u otro hemos tenido contacto escrito, verbal, literario o personal.
A
todos os deseo una Feliz Navidad y que la entrada del año 2015, esté plagada de
alegrías, de salud, de trabajo, suerte y, de muchísima ilusión para afrontar
cada uno de los días. Espero encontraros siempre y a cada uno de vosotros, para
proseguir disfrutando de esos momentos que nos
llenan y nos calman ante las adversidades o las insuficiencias, las
inclemencias y las exageraciones, las tonterías y las barbaridades.
Espero y deseo se cumplan todos los sueños que se guardan sin descubrirlos a nadie y que tan solo pensamos en ellos, cuando estamos solos y nadie los puede descubrir.
En realidad,
si me pongo a mirar un poco hacia atrás, no demasiado, tampoco me remontaré a
una época lejana. Me doy cuenta que se me ha escapado el año sin darme cuenta.
Sin sentir apenas que los días fueran arrugando un poco más la piel, que sus
noticias diarias me dejaban algo más helado, dentro de la frialdad que ya viene
siendo habitual, por las consecuencias que nos deja la costumbre de escuchar y
presenciar barbaridades.
Se van los
meses uno tras del otro, sin hacer ese ruido que suelen hacer las tripas cuando
se menean pidiendo pan, ni tan siquiera nos advierte de su fuga con la
semejanza del chirriar de los neumáticos en una frenada de urgencia. ¡Nada!
Todo es insípido, inodoro, sórdido. Se escapa ese tiempo bonito que pocas veces
nos roza y nos enamora y se marcha, aún y habiendo dejado tristeza y dolor.
Este 2014, ha
sido duro, para mí y he procurado llevarlo dentro del disimulo, para no hacer
padecer a los que me rodean, y para aquellos que me escuchan no se cansaran de
mi queja. La vida es como la vemos, sin márgenes adaptables, sin segundas
oportunidades, sin ensayos previos. La vivimos como viene y si acaso hacemos
alguna previsión, el destino en ocasiones se encarga de romperla, para que se
cumpla aquello, que dicen estaba escrito.
No he sido ni
he estado solo en este Valle de Lágrimas, con seguridad, todos padecemos en
algún momento y queda callado para el gran público.
Lo que si es
necesario, continuar hacia adelante y adaptarse a las vicisitudes, poner buena
cara y esperar que vengan tiempos mejores.
Os deseo un
tiempo mejor, en esa máxima va implícita, las demás palabras con que se puede
adornar esta frase, para que quede cerrada tras de su punto final, como una
consecuencia.
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