jueves, 11 de diciembre de 2014

Enfermedad Terminal



Para mi amigo Miguel, y tantos otros
que jamás olvidaré


 
Para el aquejado, confiar  que la medicina
lo abrigue, lo ampare y lo sane. 
 

Saber reponerse del golpe severo  de la noticia diagnosticada 
por  el médico,  aunque sea esperada. 
 --siempre crees que a ti no va a tocarte –



Para el enfermo,  llorar de impotencia en soledad,
siendo el mejor de los recursos fáciles, del desahogo emocional.
Esperando otra confirmación.



Para una vez reposado admitir lo injusto,
que no queden lágrimas para derramar
cuando tenga que compadecerse  en soledad.



Miedo de mil miedos,
miedo a lo inmediato,
miedo  por agonizar, de un modo desalmado.
Ver como padecen sin fin, amigos que tanto atañen.
Ver  en el rostro ajeno,  ese  horror mudo de congoja.
Ver la vida como comienza a rezumar en el más allá.

Sin futuro que se puede exigir

¡Ya!

No hay que perder nunca la ilusión. 
_ dicen los no afectados --
Sin dudar, al mirar hacia atrás los hay de peores y
no se quejan.



¡Estás seguro!, que no hay ¿lamento?






1 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente reflexión y muy cierta
Una empatia necesaria en el tema
Gracias Emilio
Soy She no pude entrar c mi cuenta
Te leo sirmpre
Felicidades!!!!

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