martes, 20 de mayo de 2014

Escuchante Azteca


En la emisora de radio difusión KGA2, trabajaba el señor Marciano Pesado Galindo, como director del programa.

Murciano de nacimiento y muy cargante y pesado por naturaleza. El productor de la mayoría de los programas culturales y de entretenimiento de la emisora. Un hombre audaz y  muy religioso. Ahora todo se ha reformado con la crisis, aunque muchos conceptos de los que él imprimió siguen estando vigentes.

Tenían como colaborador entre otros, a Don Camilo Callejas Gómez, mayor de edad, definido por mayor de edad,  porque pasaba muy de largo los ochenta y cinco años y casi era un anciano de bastón y gorrita.

Su garbo ostenta y así lo atestiguan los que escuchan su radio, y le siguen por las ondas de la frecuencia modulada. Se constata a pesar de gracia, las ganas que pone a todo, la profesionalidad y la psicología que administra. Tiene una voz de señora madura que convence y agrada, por lo cual lo mantienen en antena. Así camuflado trabaja, haciendo un personaje de Dama de las Consultas con el apodo de Fortunata Formidable.

Bien parece cuando le escuchas que habla una mujer, la propia doña Fortunata Formidable, una mujerona de dos pechos anchos y enjundiosos, que por naturaleza entendía a la perfección a la desvalida concursante que desesperada acudía en ayuda exprés y ella, doña Formidable, que realmente era don Camilo, daba unos consejos propios de una madraza.

El share de audiencia, tan competitivo entre los medios es el que da o, quita razones en las estadísticas de la parrilla de audiencia. Una guerra constante, que todos quieren para sí, y que cada uno publicita como le viene en gana. Por ello las noches son de KGA2, y el programa, de_ Confiésate en el micrófono_ con el consejo y análisis de Fortunata Formidable. ¡Es único!


Era un día de enero del año pasado, todo estaba preparado para emitir y ya estaban los anuncios y la sintonía de cabecera, cuando las llamadas se agolpaban en la centralita de la emisora KGA2.
El presentador don Camilo Callejas, el que hacía y simulaba a Fortunata, ya tenía los cascos colocados y el realizador y técnico de sonido, le estaba marcando los números ordinales en sentido decreciente a modo de tabla, para entrar en la onda.

Sabía matizar y leer perfectamente las cartas que todas las seguidoras del espacio enviaban a la emisora para pedir consejo. Un énfasis perfecto, la entonación tan real, como si la tuvieses al lado, tan creíble el momento, que seducía a los necesitados.
Nada de llamadas directas a la emisora y la Madame Formidable, ¿tirando cartas?,
¡Nada de eso!

Daba las formulas y consejos con fe del cielo. ¡De maravilla!, por ese motivo a cada minuto, contaba con más seguidoras. Esa voz con sus matices, era un estandarte, un relicario de veracidad, y esa razón es la que daba la credibilidad al espacio de radio consultas, que cada día que pasaba sumaba oidores y simpatizantes.

Al momento el regidor dijo_: ¡Dentro! y el instante esperaba a que Fortunata, hablara y diera las buenas noches. En aquel santiamén se escuchó la voz grave de la presentación que daba la entradilla y las gracias por la fidelidad de sus escuchantes en su programa.

_ Queridas amigas os habla Fortunata la Formidable, en una noche cargada de interés para muchas de vosotras, por la felicidad que dimos la semana pasada a Mercedes Gonjones Pariste, que nos preguntaba de qué forma había de pararle los pies a su encargado en la tocinería donde trabaja.

Se había de enfrentar con su jefe en una clara amenaza a la libertad y en un caso claro de presing profesional o Mobbing, al que la estaba sometiendo desde hacia bastantes años. Hoy nos ha llamado y ha sido tanta la efectividad de éxito por nuestros consejos, y la forma que le indicamos para resolver su dificultad, sin enfrentamientos, que nos alegra saber que la han reconocido en sus arranques y la han trasladado a otra tocinería de la periferia, como responsable de tripas, mollejas y casquería del cerdo.

Por ello nos congratulamos y nos alegra saber, que Mercedes, merced a nuestro concurso y ayuda, puede ser reconocida como una trabajadora honesta e intachable. Todo gracias a la esposa del director general de la empresa  Fritos y Cerdos Comestibles, que escuchó nuestro espacio radiofónico del martes pasado y pidió explicaciones a su marido, haciendo que éste hablara con todos sus encargados y se corrigiera el extremo con sus dependientas_. La cháchara había concluido y la clásica sintonía de incertidumbre volaba por los aires en busca de los oídos de aquellos que están siempre dispuestos a creer en todo lo que se les dice. Dando el regidor de nuevo paso a Fortunata, para entrar en el aire y que las ondas dispersaran la palabra por el impalpable sideral.

_ Ya puesto en la harina de hoy_ dijo Fortunata_ tenemos un par de consultas que nos llegan esta noche y que trataremos de aconsejar lo mejor que nos dicte nuestra preparación y convicción. Hemos recibido una carta del otro lado del mundo y eso nos alegra, porque llegamos con la palabra hasta los confines del globo, y atendemos a una escuchante de la capital azteca.
Querida radioyente_ dijo con esa voz más bien sacada del trópico de Cáncer_, he leído con atención, el comienzo de tu interesante historia, y ahora paso a leerla en voz alta para que toda nuestra audiencia no peque de ignorancia en tu detalle y valore lo que nos has querido contar y te demos una explicación si cabe_. Hizo una pausa, para leer la carta y que entrara la musiquilla bajo su voz para engrandecer aquel manifiesto confesional.

_ Así comienza la carta de Guadalupe Lupina de Castro_ y nuestra querida amiga nos dice_. Comenzó el relato, relamiéndose en su teatralidad y con la seguridad que todos estaban pegados con los oídos en los transistores, casi sin tragar saliba.

_ “Esto que narro a continuación, querida Fortunata del programa KGA2, te parecerá gracioso porque vaya si lo fue_. Leía ya la carta la presentadora del espacio cultural...

Mi papá tenía un primo hermano, llamado Rodolfo Dormís Ganseo, por cierto hijo de un sacerdote español, al cual reconoció con el tiempo y le dio su apellido.
 Rodolfo y mi padre, buscaban en principio un nombre para mi bautismo, que fuera de relumbrón. Ellos eran más que hermanos, ahora está muy mayor por lógica, se casó con una segoviana de Turégano y tuvieron diez hijos varones_. Proseguía describiendo y leyendo la epístola, con sus cambios de tono y sus descansos en las comas y puntos.

En esta ciudad donde resido_, conformaba la voz, en nombre de Guadalupe_, se toma muy en cuenta la opinión de los padrinos en cuanto a lo relativo del bautismo y el nombre inclusive se llega, a poner como se llame el padrino o madrina.

Te cuento querida Formidable_ seguía leyendo lo escrito por la amiga Guadalupe_, las tías abuelas eran muy católicas y opinaban que no se puede llamar de otra manera a una niña tan oscurita. De manera, que por el mes en que nací debía llamarme María Guadalupe.

Rodolfo opinaba_, ya me explicarás, hijo de un cura_, que no debía llevar esa designación,  que medio pueblo carga el nombre de la Virgen y que con eso no se juega.
No opinaban así mis padres, ¡lo tenían tan claro!, tenía que llevar el nombre de Guadalupe sin falta, al principio, o al final, que todos lo daban por cierto.

Sin embargo no les apetecía que fuera exactamente tan seco, ellos, mis padres  pretendían que fuese Alma Guadalupe, Gracia Guadalupe, o Guadalupe Montserrat. Discusiones en la familia, por la nombradía de la niña.

Rodolfo seguía opinando a santo de ¡No sé qué!, y ahora proponía el de Rosana Guadalupe. Como si fuese el que ayudó a engendrar al feto, dándole mi padre siempre vela en esa misa. ¿No tendría algo de participación el tío Rudy en el semen del embarazo?  Nunca se supo, mi madre siempre mantuvo la callada y ella no quería casi opinar en la búsqueda del santoral.

Al no llegar a un acuerdo, se lo jugaron en un volado_, ya sabrás querida Fortunata quien ganó y así quedó por darles gusto a las tías_. En definitiva nadie quedó conforme.

Mi padrino y en el entorno más cercano, me llaman Rousse, las tías me nombran como Lupita y mis papás y hermano Lupe. Tío Rodolfo me califica como “Filleta” de mis holandillas, mi abuelita me apoda Teté, mi abuelito me llama Chochito.
 La familia lejana de mamá, como no me parecía a ellos, me llaman Chinita, en el colegio me gritan Tostada o Gualú  y dos de mis primos a los cuales quiero mucho me citan como Gpe y Gps.

Una vecina gallega que vive puerta con puerta conmigo, me apoda Lupiña, y su marido que es muy amoroso, como Piñita.
El papá de Rodolfo, el cura español me llama Pupe, y mi novio me llama Guada.

En el registro como se equivocaron con tanto lio, consto como María Guadalupe, de la Vera Cruz y de los Mares y Volcanes del Monte Popocatépetl.
Por ello gentil dama de las ondas hertzianas, te pido un consejo para darles a estos mis familiares y amigos, y puedan nombrarme todos por un igual. Tú con tu saber y tus consejos sabios, creo llegarás a dar con la medida.


Así de simple acabó la lectura de la carta, la falaz dama Fortunata Formidable, con una media risa en el rostro y con la simpatía y la llave de ninguna decisión tomada. Detalles que nadie pudo saber, ya que la oscuridad y el silencio del locutorio de radio, no permite visiones tan a las claras.

_ Querida amiga_ adujo Fortunata, con una tranquilidad apabullante y un “saboir fair” a la francesa, extraordinario_,  eres tan afortunada que puedes responder a la vez a treinta y tantos nombres, por lo que te aconsejo que no sea molestia para ti, como te designen, puesto que hagamos lo que innovemos, para corregir este lio. Tus padres, abuelos, tíos, amigos, maestros, novio. Seguirán llamándote como a ellos les venga en gana.

Tu tío Rudy, como me dices tan sincera, querida amiga, sabes tiene la potestad y permiso de tu papá y naturalmente de mamá y te nombra como le apetece, por ese cariño tan arraigado que te profesa. Tienes un tío muy cariñoso y atento, que no todas poseemos y una familia que te respeta, quiere y significa, por lo que yo no me cabrearía y aceptaría todos esos bautices viniendo como aparecen en forma de cariño

¡Adiós y hasta siempre querida, ¡Lupe! ¡Guadalupe! ¡Chochito! Lupiña! ¡Mari! ¡Filleta! ¡Gualu! y tantos otros, que no tendríamos tiempo en el programa para referirlos al completo.


Sonó la melodía pasando a otra de las consultas de la noche. La Dama Fortunata Formidable, respiró profundamente, se llenó el pecho de aire renovado, se rascó la frente, sorbió un traguito de agua mineral de su botellín y comenzó a tratar otro asunto no menos escabroso.






1 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy keyendo esta historia des una de las islas mejores del Atlantico y he disfrutado como si la hubiese vivido. Amigo que escribiste el relato, gracias por recordarme uno de los episodios mejores de mi infancia, desde la playa de los Cristianos, Willy el Roqui

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