El teléfono de su domicilio
sonó repetidamente hasta que Romina lo descolgó tras salir precipitadamente de
la ducha
_ ¡Dígame!
_ ¡Buenos días! Es el
domicilio de Romina Sukowa
_ ¡Sí! ¡Así es! que
desea
_ Buenos días señora, somos
los revisores de TEPESA, y era para concretar la hora para pasarle a realizar
el mantenimiento de su instalación de gas y calentador domestico.
_ ¿Cómo? y eso quien lo
ha solicitado a ustedes
_ Imagino que eso les entra en póliza y como le
decía somos los mantenedores de la empresa TEPESA y era para concretar la fecha
y la hora del mantenimiento.
_ Oiga, me está usted
hablando de un tema que no tenía ni idea, pero ni remota idea, yo he pasado la revisión
de mi instalación hace menos de un año y no entiendo como queréis volver a
repetir la revisión
_ Señora, usted tiene
contratado por póliza este sustento y nos han pasado los comerciales aviso para
que les efectuemos la revisión del mismo.
_ ¡¿Yo?! ¡Oiga! Yo
no he contratado nada a sabiendas. A no ser que uno de esos vendedores
camicaces que tienen en su compañía, me lo haya colocado sin casi informarme y
de forma torticera.
_ ¡Señora no se altere! De momento retengo esta intervención hasta que
ustedes aclaren con la Cía. lo que tienen en contrato, como imaginará nosotros
no podemos conocer si lo tiene concertado o no, solo cumplimos unas hojas de
ruta que nos pasan y nada más.
_ ¡Un momento!, pero
como se atreve a decirme que no lo sabe, si son de la misma firma.
_ ¡No lo sé señora!, lo único
que puedo decirle es, si usted quiere
que le pasemos a hacer el mantenimiento, nos diga la fecha y lo hacemos.
_ Lo que yo quiero es
que ustedes me anulen ese servicio que no me interesa absolutamente
_ Señora Sukowa yo no
puedo anular nada. Ha de ponerse en contacto con mis compañeros de TEPESA, los
comerciales, para que ellos le anulen el servicio o le acaben de aclarar las
partidas del contrato.
_ Me está proponiendo
que yo me moleste en anular un servicio que nunca me interesó_, muy nerviosa
Sukowa_, que jamás solicite y que por arte de magia lo estoy pagando en mi
factura del consumo del gas ¿sin saberlo?
¡Haga el favor de darme
el teléfono! y a quien debo dirigirme para aclarar este embrollo_. Replicó con
mala leche la señora Sukowa.
_ Llamando al número de Atención
al Cliente de TEPESA, o bien entrando en la página web de la compañía. ¡Muchas
gracias y buenos días!_ El comunicante del mantenimiento, finalizó la conversación.
La declaración se cortó
al instante, y Romina exaltada al teléfono, desnuda al habérsele caído a los
pies la toalla de baño, encima de un charco de agua residual que se había
escurrido de su propio cuerpo, quedando en el suelo del salón. El cabello
mojado impregnado de jabón ya apelmazado y con el humor de una loba hambrienta.
Volvió al baño y acabó su
ducha con el suministro del gas que proporciona la compañía TEPESA la que pretende con sus criterios sacar un
poco de aquí y de allá sin _en muchas ocasiones_ el perfecto conocimiento de
los clientes, que bien es verdad solo se encargan de ver en las facturas la
cifra del pago.
Romina, sin llegar a
creerlo, y ya secándose el cabello, conteniéndose el cabreo por la forma en que
la compañía suministradora se estaba haciendo con la totalidad del servicio de electrificación
y de gas en aquella zona. Usurpando el suministro a la empresa domiciliaria de
toda la vida CASILANA DE GAS, que jamás había dado el
mínimo problema.
Tuvo que serenarse y
acabar de vestirse y de iniciar un complejo peregrinaje para abortar aquel pago
que sin contratarlo había descubierto gracias a los propios mantenedores de las
deficiencias en las cañerías.
Entró tranquila en la página
web de la multinacional, se podía contratar cualquier ampliación de póliza, hacer
cambios inesperados con coste adicional, dejarte adulterar con alegría, información
sectaria de la empresa ¡Todo!
Todo menos dar de baja
ninguno de los productos que ya tenias contratado.
Para ese menester tenías
que pasar por sus conductos de solicitud de baja, y las clásicas esperas a las
que te pudieran someter, sus normas, sus caprichos y su desvergüenza. Un par de
números telefónicos indicados en contacto con la asistencia al cliente y poco más. En letras minúsculas, y escondido dentro de
la pagina publicitaria un “intro” _ un destino_
con las direcciones físicas más próximas al domicilio de la delegación de la empresa, por
si necesitase personarse en las oficinas oficiales de la empresa.
Romina creyó; siendo las diez y cuarto del día, era buena
hora para intentar hablar con las señoritas del auxilio. Las becarias de atención
al cliente y tras haber tomado su desayuno; se dispuso a contactar. Marcó el famoso ochocientos,
ese rango de teléfonos que nunca sabes si te facturan la mitad del tiempo o es
gratuito, aunque con las esperas, siempre pagas de más, por aquello de la música,
te paso, te cojo, te mando, te atiendo y se corta la llamada… y vuelve a empezar.
Un par de tonos de
espera y el saludo informático y grabado de la empresa: ¡Gracias por llamar! al
servicio de Atención al Cliente de TEPESA… en breves instantes atendemos su
llamada. Por razones de seguridad, su conversación puede ser grabada.
Una vez finalizada la retahíla
de la exposición, nos regala la misma composición cambiando de idioma_ mientras
Romina, ya comenzaba a cargarse de forma negativa e inconscientemente, le
sobrecogen palabrotas, recordando al jefe de la tal TEPESA y a la madre que lo
matriculó_. Tras esa formidable bienvenida nos dice el disco grabado con música
ambiental.
_ Si quiere ser atendido
en castellano pulse uno, si quiere ser atendido en catalán pulse dos.
Romina simplemente quería
ser atendida, sin tanta mierda escuchada, sin tanta melosidad falsa facturada,
sin tanto boato. Al borde de perder los nervios, ver que el tiempo pasa y que
lo facturan y que han sucedido diez minutos y nadie humano, nadie personal,
atienda, te come por dentro y te dan ganas de colgar.
…¡Craso error! Si lo haces vuelves a purgar todo aquel
cuento y aquella estafa educada. Teniendo que comenzar desde el comienzo.
Subrepticiamente y sin
dar crédito a lo que le estaba pasando a la señora Sukowa, entra la publicidad,
con una voz agradable le anuncia si conocen la tarifa “Cucha” como puede
resolver cualquier gestión de forma rápida, las ventajas de tenerlo contratado
y del bienestar de las novedades de_, TWO y ONE_, que da a los hogares la
tarifa “Cucha ONE” ahorrando la mayor parte del importe y siendo ideal para
personas con poco tiempo, por las muchas ocupaciones diarias que se tienen.
Sin dar respiro vuelven
los tonos de llamada. Tres tonos; tres
uno tras otro, tono de comunicación_ Romina piensa, ahora me toca_ y salta el
disco de nuevo diciendo
_: En breves momentos,
le atenderemos, no se retire por favor_, vuelve el silencio y tres tonos más.
_ En breves momentos, le
atenderemos, no se retire por favor_. Once minutos llevaba Romina esperando,
sentada, mirándose las uñas, esas que si pudiera clavaría a alguien de TEPESA, con
el modo ¡Alegría!
De buenas a primeras, o
por azar, aparece una vocecita femenina que dice muy a lo lejos
_: ¡Buenos días! Soy
Teresita que puedo ofrecerle, ¿Con quién hablo? Dígame su nombre para poder dirigirme
a usted.
_ ¡Romina!, me llamo
Romina Sukowa_, dijo con alegría, tomando de nuevo la iniciativa la voz de
Teresita.
_ Buenos días Romina, dígame
en que puedo ayudarle para resolver sus dudas y trataré de solventar sus
preguntas atendiéndole como merece.
_ Quiero dar de baja una
prestación, que me habéis colocado sin solicitarlo.
_ ¿Dígame su documento
de Identidad? Y la dirección desde donde
se asiste esa asistencia.
_ El número de mi DNI es
el cuatro, cero, cero y…_ siguió relatando la tabla cardinal y le adelantó la
calle desde donde hacía la llamada_ cantó Romina, sin pausa, con seguridad y
muy atenta.
_ ¿Qué tipo de
prestación quiere dar usted de baja o anular?
_ Deseo dar de baja la contrata
de mantenimiento y reparación del gas_. Dictó seriamente la señora Sukowa, sin contemplaciones.
_ Según indican las
condiciones de su póliza_ apuntó Teresita, con su voz de pitilla colada_, ustedes
tienen contratado este capítulo desde hace diez meses y está aceptado por el
titular del contrato. Le adelanto que en caso de darse de baja de esta partida,
ustedes deberán seguir pagando la cuota establecida al mes por haber aceptado
esta condición por el periodo de un año.
Todos los datos
aportados por usted son correctos por lo que ahora les paso con mis compañeros
de la sección comercial, para que ellos procedan con la baja solicitada por
usted.
Aquella cuña grabada de bienvenida,
salta de nuevo al auricular de Romina y queda a la espera de comunicar con los
comerciales.
_ En breves momentos, le
atenderemos, no se retire por favor_ la música de fondo suena dulcificando la
tristeza que le aborda a Romina.
_ En breves momentos, le
atenderemos, no se retire por favor_ La voz grabada, se escuchaba por el
auricular de la señora Sukowa. No había nada que hacer, aquello es un disco
registrado y nadie te atiende. A pesar de eso Romina, comenzó a insultar a todo
bicho viviente en voz alterada_ Cabrones, que sois unos sinvergüenzas, no me extraña
que tengáis tanto beneficio en vuestros negocios, nos estáis engañando a todos
los usuarios y nadie pone fin a esto.
Si la llamada se grababa
desde el principio, el que hubiera escuchado aquellas alegrías, se le habrían
puesto los bellos de punta, porque les bautizaba de forma genérica y en grado
despectivo, con saña y con desprecio.
_ En breves momentos, le
atenderemos, no se retire por favor_ seguía desquiciantemente el disco.
Poniendo cada vez más de los nervios a la mujer que tan solo quería dar de baja
una partida de una póliza del contrato.
_ En breves momentos, le
atenderemos, no se retire por favor_ Sin cesar esta grabación cumple con su
cometido.
Pasados los preceptivos dieciséis
minutos, escuchando aquella música y el mensaje cansino que pedía calma, que nadie
se retire ya que los dígitos del teléfono ochocientos… sigue cobrando, la mitad de la llamada o en el
peor de los casos la totalidad de la misma. Con la suerte de que en breve nos atenderán
se corta la comunicación sin más.
¡Coño! ¡Se ha cortado esta mierda! No me lo puedo creer. ¡Tendré mala suerte! _dijo
Romina_. Pensando en que las dos horas que lleva al teléfono, no han servido
para absolutamente nada, si no para descentrar los nervios de la dama comunicante
y pagadora de las facturas que la empresa puntera TEPESA, tenga la gana de
cursarle.
Aquella canción se le
quedó en la mente.
_”” En breves momentos,
le atenderemos, no se retire por favor””-
Romina se queda con un
palmo de narices con la palabra en la boca…. pensando: ¡Será una casualidad, o
es una idea comercial, para joderte un poquillo más!
Colgó su auricular y se
concienció que ella y toda la población en general_, siempre hay algún afortunado_,
estamos en manos de bastantes sinvergüenzas que nos torean y hacen y ponen las leyes a su
antojo, sin que nadie ¡Nadie! nos defienda. Por muchos defensores que nombren y
existan.
2 comentarios:
Muy acertado el relato. Nikitta.
Esto es verdad, siempre pasa. Junior
Publicar un comentario