¿¡Me guardarías un secreto, amigo!?
Fue la pregunta inesperada
un simulacro teatral,
intento de confidencia vana,
otro compromiso banal .
Como si fuera un relámpago,
a la hora de expresarlo,
dudo si bien hago.
¿¡Me guardarías un secreto, amigo!?
Atiende lo que te pido.
Con quien me confieso.
A quien me dirijo
¿¡Me guardarías un secreto, amigo!?
Gracias por ser comprensivo,
sin saber el sufrimiento mío.
Ayúdame ¡tú puedes!
¿¡Me guardarías un secreto, amigo!?
A pesar de mi confianza endeble,
de mis dudas en la gente,
y, llorar por mi suerte.
¿¡Me guardarías un secreto, amigo!?
Seguí dudando .
¡Sabes! Prefiero no decirlo.
Si lo hiciera, no estaría escondido.
¿¡Me guardarías un secreto, amigo!?
¡Mejor lo guardas si no te lo digo!
0 comentarios:
Publicar un comentario