Otoño, tercera estación
de la línea color verde,
esa ruta que recorre
del peaje: juventud,
hasta el enlace: vía alegre
no estoy lejos del calor
ni efluvios del verano.
A medio camino de Dios
y del invierno ingrato.
Quebrantos debo impedir,
al sobresalto que embarga,
si no fuese por la tensión…
y el corazón que se cansa,
el poema sería balada
Si pongo la vista atrás
y veo lo que se gasta,
acredito que ya pasó
con ligereza diáfana,
lo juvenil de mi estampa.
Privilegiado nací
por no carecer de nada
que pudiera conseguir,
con esfuerzo personal
y la esperanza en el alma.
El otoño es mi estación.
donde vivo en movimiento,
andén real y ficticio.
Sus vías en trasversal
por si acaso me desvío.
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