jueves, 15 de diciembre de 2011

¡ Querré más !


Dice Alberto Cortez,
el buen cantor argentino,
en su balada; con gran estilo:
“Cuando un amigo se va,
queda un espacio vacío”



¡ Querré Más !

¡Eso me da que pensar!
En que puede suceder,
pero también es verdad
que amigos han de llegar
para poderse afincar.
Sin esa necesidad
de marchar a ese lugar
a que el canto se refiere.

En contra de la oración
que en vez de observar,
a un amigo ver marchar,
sea valiosa razón
si nace nueva  amistad
para verla perdurar

Sin duda, se puede dar,
en esta vida sin par,
que te llegue de revés
sin modo, sin esperar,
un amigo de verdad.

Con oídos, con sentido,
lleno de cordialidad,
que no te regale nada,
y te deje expresar.
Un amigo,
¡Don divino!
Que no puedo explicar.

Cuando un amigo florece,
sin buscarlo, expresamente,
es un hallazgo ocurrente,
que agrada, por no esperado,
lo admites sin más ni más,
y lo aceptas de repente. 


Es un misterio prudente,
coincidir en el pensar,
poniendo la diéresis,
a la propia voluntad,
teniendo gustos semblantes
y modos de especular.

Percibes con ese tacto,
que ni siquiera provoca,
te brinda sus alegatos,
con gusto y, no se nota.

No necesita evidencias
para conocer tu penar,
él lo sabe,
tiene innata
esa dicha y cualidad.

Ofrece solo palabras,
ajustadas, de  verdad,
las dicciones, ya se sabe,
 son baratas,
¡Regaladas!
Por lo tanto,
¡Sin pensar!
Declamadas con mesura,
pretendiendo orientar.
Agradezco la nobleza
con que miras al callar.

Es una ganga charlar,
si no mides lo que dices.
Sin embargo ¡Buen amigo!
¡Sí!     
Disertas con valor.
 Tus  vocablos son de abrigo,
¡Expones con un suspiro!
las recibo con razón,
las entiendo porque son
argumentos muy medidos. 
Es consejo conocido,
 no obedece a desatino,
 germinan del corazón.


Cuando hablas con el alma,
pones la piel a vibrar,
¡Esa es la pura verdad!
y no lo que distingo,
 en la barrita del bar.


Sin delirios, sin donaire,
con esa gracia que das,
dejas  mella con tu atino,
modulando la señal.

Completas a perfección,
deduzco cual  es razón,
ofreces aquel recurso,
dejando camino abierto.
 Ofreces esa ilusión
para sentirse perfecto

Difuminando las dudas,
las compartes en compaña,
como las horas te engañan
y cuentas no llevas más,
ya que su áurea amistad,
te deja lagunas parcas,
que cuando quieras agarras,
y sueltas a voluntad.

Amigo, gracias te doy,
porque no había conocido,
que es lo mucho que recibo,
de tu parte, sin pedir.
Estás al punto de todo,
conoces, lo que es mi antojo
y antes de pronunciar,
te adelantas sin escándalo,
dejas cumplido  encargo
y todo como si tal.

Como te aprecio y admiro,
y sabes porque lo digo.
No me quiero emocionar,
asi lo siento y repito,
por ello camino claro.
¡Que cerca!
Debes estar.

Dicen que la amistad,
es embrujo,
es subyugo,
es encanto,
es ¡Lo más!
Mil gracias por tu consejo,
se valora,
te reclamo
me suscribo
¡Querré más!



1 comentarios:

José Añez Sánchez dijo...

¡Qué buen poema,elogio de la amistad! Cualquiera se puede sentir dentro, pero sólo a pocos se les da.

Feliz Navidad

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