miércoles, 14 de septiembre de 2011

Síncopes


Tengo miedo de cerrar los ojos
y cuando los abra ser, un despojo.
Dudo de mis memorias,
¿Será que llegó el crudo invierno?

Volver a quedarme helado,
frente al espejo escarchado,
y  hables sin esperar respuesta,
ni permisos, ni licencias. Solo tinieblas.


Tengo miedo de mirarme dentro,
con soberbia y saberme incierto,
sin el mutismo del cuadro expuesto,
mostrando  cara de abatimiento.

Pánico atino en mis sueños,
porque ahora no duermo,
ya todo es lamento.
Padezco y la  nada es suplemento.
Confieso lo poco que entiendo.

¿Quién no tiene miedo?
Tras el paseo que nos da la vida,
sin causa todo y sin freno más.
Debo ser yo solo quien tema.
A ese futuro que se presenta. 


Miedo ¡De qué! ¡De todo!
De perder la vida sin divertirla,
A la sazón no existes,   ¡Qué desconsuelo!
Aún no he labrado el huerto,
déjame ese hilo, yo mismo lo enredo.

¡Es miedo a quedar herido!
y no valer para enfermo,
de dar disgustos ciertos,
mientras llega el tiempo y,
dejar vacío este gran desierto.

¿Es cobardía tener este miedo?
Revelar el poco talento,
asentir mis amarguras
y no expresar con palabras,
lo que siento muy dentro.


Miedo,  de creerme loco
cuando estoy tan cuerdo.
Encender tu fuego y quedar exento,
que una lluvia fina apague mi verso.
advertir  ese todo y, estar muerto.

A menudo tengo miedo,
de tener miedo.
Ese, que creemos amigo nuestro
y siempre me persigue cuando no le espero.


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Miedo he sentido de leer lo escrito ¿por qué será?
José

Publicar un comentario