Viento arrebata con fuerza mi facha
quiero tropiece con furia en la cara
que arrebate mi melena flaca
desgreñándola entera más no la deshaga
Ese céfiro que limpia remordimiento
en ocasiones falso, engaña al talento.
Airea mi frente, astringida y vana
la ventisca se lleva toda la desgana
En este peldaño donde tomo el relente,
un anciano observa y rumia sereno.
Tropiezan sus ojos con mi desconsuelo
Le miro con ganas. Diría: ¡Te cuento!
Ferocidad del aire, se lleva la calma
si fuera en el mar, soltaría la amarra,
aquí en el suburbio los presagios arrastra
la borrasca molesta, desata y destapa
Un tornado que al arrojo levanta,
no se acomoda, ni desaloja ni se achanta.
Es anormal sople en la templanza
incomode profundo tantas venganzas
La camisa desabrocha, inesperada
muestra mi pecho que son dos gargantas
el soplo les cruje casi para ahogarlas
mitigan dolores que no se amilanan
Aquí sosegado el viento me arrastra
en este banquito que hay en la plaza
quieto permanezco como si clavada
tuviera mis ganas en esta tablada
Los árboles silban
menean sus ramas
golpean con fuerza
aporrean mis ansias
Ya me faltan fuerzas para cobijarla
relato sincero mi impaciencia amarga
el viento nervioso quiso recordarla
y quede sucinto, en esta letra clara
Viento adivino acomoda las ansias
tras tus ventiscas llegará la calma.
No creas que eres comienzo y final
siempre se repite este virulento mal
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