miércoles, 16 de febrero de 2011

Compañía 13 ¡A sus órdenes!

 Aquellos años. ...a principios de los setenta . Para nosotros, jóvenes de diversas procedencias eran tiempos agradables y muy alegres. Entre 19 y 20 años estábamos todos. Embarcados en la travesía del Servivio Militar Obligatorio, con más ganas de reir que los "bobos".  De todo nos burlabamos y además de tomarlo como venía, lo sabiamos disfrutar hasta la última gota. Habíamos pasado unas pruebas de capacitación, ya que íbamos a completar el segundo reemplazo de abril de 1971, voluntarios al Ejército en el área de Automovilísmo plazas limitadas, puesto que elegíamos el Cuerpo del Ejército y la ciudad. 

Placa Conmemorativa del  segundo Reemplazo  de los voluntarios
de Abril 1971. Base de Automovilismo Sant Boi

Habían más aspirantes que  puestos vacantes. Todo comenzó en el  C.I.R  Nº9 Sant Climent Sescebes provincia de Girona, habíamos llegado en un tren borreguero el 15 de abril de 1971, creyendo que nos íbamos a comer el mundo. Cuando la realidad se presentó, como la " Dama rutilante " que es;   y vimos qué se nos venía encima en los próximos meses. Instrucción y más gimnasia, carreras al "trotecillo borriquero", maniobras, normas militares, horarios para las comidas, para la diana y para ir a las duchas, al comedor, cualquier cosa imaginable tenía una hora y un espacio. Fuera de ese tiempo era imposible hacerlo. Los que más, veníamos de nuestras casas, con la francachela de hacer las tareas sin que nadie nos mandara teniendo licencia para realizarlas de la forma, que conviniera más sin ningún tipo de ordenanza. Aquella secuencia indiscutible y la necesidad perentoria de cumplirlo con el consabido taconazo; a la voz de :  ¡¡A Sus órdenes!!. Lo cubría todo de un sentimiento diferente y extraño. Habían pasado tres días de nuestra llegada a la base y no nos daba tiempo ni a pensar, venían prisas desde todos los ángulos del acuartelamiento, corriendo para las duchas. Jamás me había bañado desnudo a la carrera, haciendo fila india y corriendo por debajo de las bocas de los surtidores de agua, bajo el control de un silvato del sargento. Tras haber dejado los bañadores apostados en los reclinatorios de las bancadas junto a la toalla y las alpargatas. Mandaron posición de firmes. Un suboficial chaparrito y gordinflon con cara de ningún amigo indicaba a grito limpio,  lo que debíamos hacer siguiendo sus militares ordenanzas; que no era más que lo que le salía del ...en fín, lo dejamos en ese aforismo rudo y potencial que tienen los Sargentos.
Llegamos uno tras otro, en pelota picada y en fila india bajo un chorro de agua gélida, el compañero que corria delante de mi cuerpo, al intentar driblar a un despistado que quería enjabonarse la cabeza, tropezó con el que le precedía y caímos en el primer round nueve, que fuimos pisoteados por la gran mayoria de los que nos seguían. 
voluntarios de Automóviles Abril 1971. Faltan dos personas
de los 25 el resto en descanso a discrección

 
Al cabo de toda la peripecia, pudimos salir de aquel pasillo irrigante, más dolidos, más estropeados y menos limpios que cuando hicimos el intento de la carrera hacia el baño desinfectante. No podré olvidar nunca aquella primera experiencia en los lavabos de la Base, ya que encima de toda aquella odisea para asearte, al llegar a la bancada, mi bañador había desaparecido. Lo que acarreó las risas de todos los reclutas puesto que tuve que desfilar hasta los barracones fuera de la fila y en marcha de procesión con la toalla en el hombro derecho. Imaginaremos la escenita: Un tipo asustado en "colitates" marcando el derecha izquierda a paso lento, con babuchas verde oliva y sus vergüenzas aireadas con la brisa de las montañas silvestres del Pirineo Catalan. Las semanas fueron transcurriendo entre ejercicios, maniobras, conocimiento de los decálogos militares y los apetecibles permisos que llegaban el fin de semana, para poder volver a nuestras casas, que te reponían de todo el cautiverio al que de una manera simbólica estábamos sometidos. La verdad que pasados los años y visto desde la prespectiva actual, tampoco estábamos tan mal, sin duda alli nos enseñaron muchas fórmulas:  detalles, comportamintos, sensaciones a las que no teniamos costumbre de vivir normalmente dentro de nuestras familias, ya que las padecimos solos y tuvimos que aguantar, apretar los dientes y engullir los malos tragos en la soledad del barracón, cuando tratabas de dormir pensando en que nos acaecería pasados los minutos. Las tonterias se esfumaron y dejamos de ser aquellos engreidos señoritos "sabelotodo" que pretendian jugar a las guerritas y a confundirnos con los marines norteamericanos, de las peliculas de Hollywood. Perdimos la inocencia de la pubertad y abandonamos la pereza a la hora de estar despierto en las guardias, maniobras y retenes. Supimos lo que era un castigo por dejadez, por insolidaridad y por desgana. Vivimos unos meses en solitaro sin nuestras mamás y volvimos a nuestros cuarteles para seguir con el compromiso, con algo más de madurez de la que imaginamos.

La verdad, es que todos explicamos aventuras de aquellas vivencias, como si fuesemos unos auténticos héroes, parecía de puertas hacia afuera, que nos habíamos pasado unas vacaciones en las montañas al aire libre,  a pan y cuchillo, meditando y sanando nuestros espíritus. ¡Amigos voluntarios! Hemos de recordar cuando se nos escapaban las lágrimas al quedárnos sin permisos de fin de semana. Desconsolados algunos, daban algo más que pena, producia una tristeza inmensa, ver a tipos que nos  comiamos el mundo con bravatas y exagerada verborrea. Lloriquear como niños por no poder besar a las novias aquella semana. De todo eso vinimos curados y sanados.
Robert,Eduardo,Diego,Emilio y Prats

De los 25 voluntarios del segundo reemplazo del año 1971. Todos de la Trece CompañíaCuarto Batallón y Quinto Pelotón. ¡Gracias a Dios!  Sigo teniendo contacto habitual con algunos de ellos, son parte de mi familia, nos vemos con relativa frecuencia por las causas naturales de la vida, la familia, el trabajo, los quehaceres, las ubicaciones diversas, ahora ya a muchos los nietos. Sin embargo, cuando mi pensamiento me lleva a recorrer aquellas vivencias, los recuerdo a todos con un especial cariño y en esas mi amistad permancerá al paso de los años y de las circunstancias. Si por casualidad, alguno de los que estais desconectados leeis este manifiesto, no dudar en hacer lo posible por dar señales de vida para volver a reunirnos todos; los 25, para celebrar el CUARENTA, Aniversario de nuestro ingreso en filas y recordar aquella primera vivencia nuestra.




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