martes, 31 de agosto de 2010

Si la vida es un tango, ¿Que son los sueños?


Si la vida es un tango, los sueños deben ser boleros, por ello con lindo empeño te canto estos sonetos que sacados de canciones de amor, de anhelo, de deseo, quiero recibas empero, con mi nombre y apellidos, y los disfrutes completos.
Boleros de una vida, sonaron en mi memoria, cuando tu ausencia se hizo eco, cuando tu presencia fue historia.

Por el camino verde; pasea lozana mi dueña, cuanto quisiera agradarle con lisonja varonil y amarraditos, cruzar del puente a la alameda


Sabor a ti, llevo en mis labios, cuando pronuncio tu nombre, palpo tu cuerpo y sueño despierto tú enjundia, sabor a ti quiero y llevo.
Solamente una vez, tropecé con tu alma, robándole un beso, inundación y calma, me supo a gloria y así fulgura mi historia
Espérame en el cielo, después de aquel concierto, que interpreta la vida, tras notas de vivencias y detalles bellos, después que yo me muera y tú sigas en mi sueño.
Mar y cielo, tú eres mar, tu eres cielo, yo soy lluvia yo soy eco, tu eres vida, yo soy heno, tu revives yo fallezco.
Anoche hablé con la luna, le dije: conozco un camino, que lleva a feliz ventura, me dijo de un destino, que me arrastra con premura
Si tú me dices ven; lo dejo inacabado, lo abandono como esté, pretendo ser dócil, para aquella que sin saber, me siguió tras las fronteras, en peregrinaje también, tras tantos años pendientes de tu búcaro de miel.
La última noche que pasé contigo, fue larga, pesada y para el olvido, no por tu culpa mujer, si no por mi indigno, al saber, que ya no ha de haber, posada para entender

Adoro, el día que nos vimos, adoro esos cabellos rizados que vuelan al viento truncado, limpio hermoso y bello, que me incitan a sentir, tu alma, corazón y vida.
Dos gardenias para ti, con ellas te evoco a ti, con un nudo en la garganta, replico sereno, llevan mi corazón y deseo, para siempre vivo poseso, y con ese contorno que lleva tu meneo, gardenias siempre para ti, que eres un lindo reflejo
Júrame, que desde hace mucho tiempo, esperamos el momento para ser felices, para ser dichosos, para amarnos en los atardeceres, escuchando el susurro de un bolero, que nos lleve a recordar los tiempos primeros y nos ayude en los finitos postreros
Mira que eres linda; que preciosas formas tiene el dibujo de tu carácter, que me escolta tanto en mis triviales tardes, como en mis noches de oscuridad, tan sólo con tu asociación, sazona mi corazón para llenarlo con una maravillosa rebelión
Bésame mucho, como si fuera a derretirse el mundo, y solo pudiésemos vernos en esa única ocasión para que con los boleros que nombran las causas probables de los tragos amargos nos enreden a esa “Hiedra”; con su “perfidia”; el temor del “no me vayas a engañar” y sabiendo que “más daño me hizo tu amor”, seas por siempre: “la camarera de mi amor”.

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