Que fácil es perder las
esperanzas
imaginadas. Siendo muy consciente,
que por engañar y no ser
solvente.
Rompieron mi arraigar y
mis confianzas.
La desilusión y
desalabanzas
pasean con mi chasco recurrente,
que me exige a fingir, tan
aparente,
queriendo simular, con mis
andanzas.
Fuerte, tan compasivo sin
holganzas,
camino por senderos inherentes.
Sufriendo mi dolor tan de
repente,
que muero por caricias y
templanzas.
Es cierto que, si miro
mis pujanzas,
decrecen en medida y sol
candente,
que por abrasador y poco
ardiente.
Perdieron su vigor entre
alabanzas.
Mis ilusiones son, como
añoranzas.
Esfumando un recuerdo
decadente,
sueño agradable, que tengo
presente
y que añoro sin ruidos ni
romanzas.
E.Moreno
diciembre, 2923.
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