Todos arrastramos tres
actores,
Cargando el tripartito, a
la vez,
metidos en nuestro
distintivo.
Es harto difícil
presentar
sin que se note lo
punitivo.
Incluso hay alguien, que
ni los ve
pero, detectamos su
presencia,
cuando repensando, lo
intuimos,
por detalles, y por concurrencia,
en el entorno que percibirnos.
Trío de guiones a revelar,
que expongo por ser mis inquilinos,
“okupas” sin pagar su alquiler,
comparten rutinas y mohínos
La Vida pública, mostrada (la que presentamos)
La Vida privada, la interna (vivida en familia)
La Vida secreta, la ciega. (la
oculta, no revelada)
A veces me pregunto, como vivo,
y mi respuesta siempre se repite.
Miedo me da, que igual mi Dios se irrite,
mutando frustración, por primitivo.
Expongo a mis actores y lo exhibo,
son tres protagonistas, en desquite,
que me acompañan, desde mi deleite
y actúan sin más. Sin ser punitivo.
Públicamente vivo, en auditivo,
atento y figurante, sin que invite,
sin derroches, y que nadie se excite
al escuchar verdad, siendo objetivo.
O sea, el primer histrión que sea divo,
el amigo cordial, que demerite,
aquel, que es tan jovial, y se acredite.
El humano sincero, que percibo.
Personalmente vivo, fugitivo
de la sinrazón, odio y escondite,
de esa falsedad, que alguien retrasmite,
ofendiendo al honrado que convivo.
Secretamente sigo muy pasivo
Íntimo y con luz. Mi rival, compite.
Mis entes son, coraje que palpite,
y el resto; soy del todo sensitivo.
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