Un par de amigos escritores. Uno venido de Barcelona y el otro de Zaragoza, aguardaban mi llegada al mostrador de presentación. Laura la dueña del recito lo tenía todo dispuesto y comenzó la ilusión del narrador.
El público asistente iba y venía compraba el periódico, la revista de la semana, y claro el autor le ofrecía la novela. Como es natural no a todos les incumbe la lectura de historias muy largas, y así disfrutando con las explicaciones de la trama, de los entresijos, de las adversidades de la historia iba desarrollándose la mañana.
Ha sido una maravilla, hemos hecho pleno. Las doce y media y ya todo estaba recogido y vendido.
Gracias a mi gente, amigos todos, mis vecinos y mi público, que otra vez más, se han interesado por el proyecto
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